dilluns, 12 de febrer del 2018

La República se asienta

Los símbolos son caros. El periódico parece objetar a que los gastos de la presidencia simbólica (que, además, juzga muy elevados) vayan con cargo al erario. No se ve a qué otro  pudieran ir siendo una decisión del Parlament. Vamos, que el gobierno, muy atento a no meterse en más líos para salir mal parado, piensa no darse por enterado. 

Será a efectos internos. A los externos, el ministro de Exteriores ya ha tenido la delicadeza de meter la pata insinuando conflicto diplomático con Bélgica. En verdad, no tienen arreglo. Esto de la política les es tan ajeno como el hockey.

No querían un referéndum pactado de autodeterminación y han tenido cuatro (el 9N, el 27S, el 10 y el 21D), el último convocado por ellos mismos. Y perdiéndolos todos, uno detrás de otro. Fabuloso. 

No querían a Puigdemont de presidente y van a tener dos, uno simbólico en el exterior y otro real y efectivo en el interior que tendrá otro nombre y figura pero irá en unidad de acción con el externo. Eso no hay modo de evitarlo. Como no lo hay de evitar que esta República Catalana vaya asentándose feliz aunque trabajosamente.

Resueltos que estén los trámites de la investidura se abrirá un tiempo nuevo con nuevos planteamientos y conflictos. Según parece el frente judicial unionista tiene previsto escenificar un proceso inevitablemente político contra el independentismo hacia el otoño. Entre tanto proseguirá su tarea de procesando a más gente. 

Una vía sin salida pues no es sino la perpetuación del conflicto. Es incomprensible que los instigadores del 155, su frente mediático y judicial, no vean que la represión solo puede llevar a la generalización de la desobediencia.

No lo ven porque es una cuestión de dignidad.

Un ejemplo

Ojalá tenga éxito de taquilla esta película, recientemente estrenada. No solo por su calidad cinematográfica, altísima, las interpretaciones de Streep y Hanks, excelentes, el guión, muy logrado, todo lo cual ha sido muy señalado por la crítica, sino sobre todo por su contenido. Y, más aun, porque se ajusta al dedillo a la situación en España.

El mensaje esencial de la película es que las únicas defensas contra un gobierno corrupto con mayoría parlamentaria consiste en una prensa libre y unos jueces independientes con sentido de la justicia. Ahora, calculen.

La peli narra la historia de los Papeles del Pentágono, un gigantesco estudio multidisciplinar sobre la guerra del Vietnam (desde 1945 a 1967) encargado por el Secretario de Estado de Nixon, MacNamara, filtrados a la prensa en 1971. De los papeles se deducía que las sucesivas administraciones habían estado mintiendo al público y al Congreso sobre las actividades de los EEUU en esa guerra. Nixon se movió para parar la publicación y fue hasta el Tribunal Supremo. Este, sin embargo, acabó sentenciando en contra del gobierno, a favor de los periódicos que habían publicado los papeles, invocando la primera enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que consagra la libertad de expresión. El Washington Post, periódico que pasaba entonces por un mal momento, decidió sumarse al New York Times y publicar los papeles, entrando en una dinámica de confrontación con el gobierno muy peligrosa para su supervivencia como empresa. Al final, triunfa la libertad de expresión, amparada por unos jueces justos. Un thriller político.

Más o menos, la película acaba ahí. Pero no la historia que, en buena medida, sigue por cuanto el Tribunal Supremo dio la razón a la prensa frente al gobierno pero este mantuvo la acusación por el delito de revelación de secretos contra Daniel Ellsberg, uno de los académicos que participó en la redacción del estudio y lo entregó luego a la prensa. En 1973, sin embargo, un juez federal archivaba la causa y exoneraba a Ellsberg al demostrarse que las pruebas que el gobierno esgrimía contra él se habían obtenido ilegalmente, delictivamente. Así salió en el curso de otro sonado proceso muy relacionado con este, el caso Watergate, en donde quedó claro que el gobierno de Nixon y el propio Nixon eran unos delincuentes que habían recurrido a todos los medios ilegales posibles para espiar a los adversarios políticos o para silenciar a la prensa o a los jueces a través de intentos de compra por promesas de cargos. Parte de esa actividad delictiva había sido fabricar pruebas contra Ellsberg.

La historia es como un triángulo: vértice A (película de Spielberg) papeles del Pentágono, revelados por Ellsberg. Vértice B (película de Pakula), caso Watergate. Vértice C, Ellsberg es exonerado y poco después, Nixon dimite. Obviamente, ya habría tenido que hacerlo con lo Papeles del Pentágono pero aguantó hasta el final, hasta que ya iban a inhabilitarlo.

Ahora aplíquese toda la historia a España. ¿Prensa similar al NYT y el Post de la época? Ni pensarlo. ¿Jueces como los del Supremo o el juez federal Byrne, que rechazó los cargos del gobierno? A la vista está. ¿Gobierno? Igual de corrupto que el de Nixon, o más, aparte de mucho más incompetente y cutre, un personal que ha realizado todo tipo de maniobras e ilegalidades para tapar sus fechorías, hacer juego sucio contra los adversarios, amañar procedimientos, preisonar y comprar jueces y, por supuesto, untar y someter a la prensa.

La única defensa contra un gobierno corrupto con mayoría parlamentaria (el del PP la tiene de hecho a través del B155) son unos medios y unos jueces independientes y libres.

Compárese con la película.

diumenge, 11 de febrer del 2018

Rajoy en amok

Rajoy parece haberse convencido ya de que en España no lo quiere nadie. Ni los suyos. Escasamente su familia y la fiel vicepresidenta. Pero esta ya no le sirve de nada, pues le han aconsejado que no recurra ante el Tribunal Constitucional los sondeos del CIS ni las encuestas de intención de voto, ni las valoraciones de los líderes. Mire hacia donde mire, todo el mundo le da la espalda. ¡Ingratitud humana! Con lo que él ha hecho por los ricos, los financieros, empresarios, delincuentes, curas y organizaciones fascistas, al tiempo que ha castigado, anulado o reprimido a "los del otro bando". ¡Y ahora quieren prescindir de él, como si fuera una zapatilla vieja!

Pues parece haber decidido dar también aquí la batalla. Si hay que luchar por la supervivencia se pasa al ataque sin contemplaciones y, después de robar el fondo de las pensiones, se le dice a la gente que ahorre si quiere tener alguna y también, de paso, para la educación de sus hijos, para la que tampoco hay dinero porque se lo han fundido en robarlo directamente, regalárselo a los bancos, invertirlo en obras faraónicas inútiles o comprar armas a los yankies y voluntades políticas en las cancillerías europeas en contra de Cataluña. Antes o después del presidente M punto Rajoy, los de su partido preparan el terreno. Villalobos quiere sisar dos eurillos al mes a los suculentos salarios de los trabajadores y no sé qué dama de las aseguradoras ya sugiere a los jubilados que les regalen sus casas a cambio de la pensión de la que el gobierno los ha despojado y sigue despojandolos.

No hay duda: esta unanimidad social en torno a la marcha de Rajoy apunta a una situación de emergencia. Unanimidad que se refleja en la ínfima valoración a lo largo de todo su mandato, siempre como el político peor valorado, aunque a veces décimas por encima de Iglesias. Un presidente del que todos quieren librarse, no solo por incompentente, sino por desvergonzado y aburrido. Y una situación de emergencia porque a la vista está que este hombre ha perdido todo control y corre en amok de un lugar a otro destrozando lo que encuentra. Vamos a ver cuánto tardamos en tener un conflicto diplomático con Bélgica a cuenta de Cataluña.

Catalunya es el nombre del episodio más catástrofico de la catastrófica gestión de Rajoy. Un desastre sin paliativos originado en el autoritarismo y la incapacidad política de un partido y un gobierno más dedicados a esquilmar el país por todas las vías, legales o ilegales, en provecho propio que a gobernar con algo de lo que Rajoy siempre presume porque no sabe lo que es, el "sentido común". Cuando por "sentido común" entiendes solo lo que te beneficia a ti, tu partido y tus amigos, sucede esto, que te quedas sin país.

Junqueras dice que el mejor regalo que puede hacérsele (por los 100 días encarcelados) es que haya un gobierno. Y en ello está el bloque independentista. Habrá govern y sus circunstancias dependerán de lo que decida el bloque indepe y de lo que las circunstancias más tarde vayan aconsejando. Lo primero será pedir la retirada del 155 y lo segundo, la cesación de todas las hostilidades represivas, con la consiguiente liberación de los presos políticos y el retorno de los exiliados. Son las condiciones ideales para iniciar una negociación entre el Estado español y la Generalitat de Catalunya.

Sí, ya sé que decir esto suena a música celestial y que es seguro que no se conseguirá o no se conseguirá todo. Pero eso no es una razón para no plantear la exigencia, pues es justa y debe quedar constancia de ella. Porque, en definitiva, mientras las cosas no cambien, la cuestión es hasta dónde desarrolla su mandato republicano la Generalitat sin entrar en nuevo conflicto constitucional con la Monarquía española, lo que queda de la Monarchia Hispanica. 

Cómo Marx se hizo marxista

Alguna crítica adversa a esta película señala que se trata de un biopic, y lo es, aunque no del todo y no solo eso. En primer lugar no cubre toda la vida de Marx, sino que se concentra en apenas seis años, entre 1843 y 1849, muy movidos, decisivos en la vida del revolucionario porque son los de su formación teórico-práctica. En segundo lugar los cuenta de un modo poco convencional, mezclando las cuestiones teóricas con la práctica y quizá generando algo de confusión para quien no esté familiarizado con los debates político-filosóficos del nacimiento del movimiento obrero internacional y del triunfo del marxismo en él a partir de la IIª Internacional.

Ya en su madurez, Marx dijo en alguna ocasión que él no era marxista. La frase puede ser un acto de modestia o un chiste, dada la hegemonía del marxismo en el último tercio del siglo XIX, hegemonía que conservó en buena parte del XX en medios académicos y políticos. Los primeros acabaron distinguiendo dos Marx, especialmente a partir de la aparición de los Manuscritos Económico-Filosóficos, descubiertos inéditos y publicados en 1932 por Riazanov. Ese marxismo académico que acabaría por configurar el marxismo como la ciencia social por excelencia a través del estructuralismo, distinguía entre el Marx "humanista" de los Manuscritos y el "científico" de El Capital. La polémica fue monumental y volaron expresiones de todo tipo: "ruptura epistemológica", regreso al positivismo, marxismo abstracto, desaparición del sujeto. Quizá por eso dijera el Marx maduro que no era "marxista". 

Efectivamente, se hizo "marxista" en estos años decisivos, penetrantemente retratados por Raoul Peck y hábilmente entrelazados con las peripecias de la acción política y la vida privada de Marx y  Engels. Por cierto, buen casting; Marx, muy conseguido, aunque bastante favorecido, al menos a juzgar por un grabado de la época que da testimonio de su expulsión de Bélgica en 1848: un tipo algo más plumpy que este esbelto joven y bastante más oscuro de tez y cabello; no hay que olvidar que los amigos lo llamaban "moro". Igualmente, Engels y fabulosa Jenny von Westphalen; gran actriz la intérprete. Los otros participantes en los debates y los hechos que llevaron a la revolución de 1848, también muy bien caracterizados, aunque se nota cierto sesgo promarxista en la fisonomías. Grün es la imagen misma del Judas revolucionario; el pobre Wilhelm Weitling se ajusta al juicio despectivo que Marx tenía de él; Arnold Ruge tiene un toque a lo Molière y Proudhon, con gesto cortesmente desconcertado, acaba huyendo; solo Bakunin conserva estatus probablemente porque su enfrentamiento con Marx fue posterior. 

Son los años de los Manuscritos, del ajuste de cuentas con los maestros el pasado en lo filosófico, de los debates con los coetáneos miembros del movimiento socialista y anarquista, de la formulación de una teoría revolucionaria consistente, "científica", de la organización del movimiento obrero, del periodismo revolucionario en la Gaceta renana. La peli empieza con el famoso artículo sobre el hurto de leña en los bosques perfectamente escenificado en una brutal carga de caballería contra los furtivos. De los Anales Franco-Alemanes, en París en el exilio. Los años de la Liga de los justos que, gracias al trabajo de Marx y Engels, acepta llamarse Liga de los comunistas y adopta como manifiesto el Manifiesto del Partido Comunista, versión de Marx, desesperado con el Catecismo comunista que había escrito el bueno de Engels, como se subraya en la peli.

El siglo XIX es el del positivismo y el romanticismo y en Marx habitaban los dos espíritus. Además de la caterva de socialistas (que él llamaría luego "utópicos") y anarquistas, Marx conoció y trató en París a Heinrich Heine que lo tenía en aprecio y se movía en medios artísticos como se prueba por la visita al cuadro de Courbet que es, a su vez, un cuadro de Courbet. El espíritu romántico habita en el ánimo del joven Marx de la época. El "biopic" podría titularse, al gusto del romanticismo precisamente, como "los años de aprendizaje del joven Marx". La peli cita su primera obra extensa, la Crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, cuya introducción (la que habla de la religión como el opio del pueblo) se publicó en los Anales de Ruge. Los especialistas conocen este texto como Manuscrito de Bad Kreuznach porque se escribió en este lugar, durante la luna de miel de Jenny y Karl.

No estoy muy seguro de que la rapidez de los acontecimientos y la necesidad de encajarlos en una práctica revolucionaria que estallaría en 1848 en toda Europa, probando la justicia del Manifiesto, permitan al espectador hacerse una idea de los puntos en debate. Weitling queda desahuciado ideológicamente con razón, pero no están claros los motivos de la crítica a Proudhon en la Miseria de la filosofía, aunque sí hay una malévola referencia al dicho de Marx de que Proudhon era el mejor economista francés para los alemanes y el mejor filósofo alemán para los franceses. Tampoco ayuda el presentar a Marx embebido en la interpretación de David Ricardo y Smith, como si eso hubiera sido determinante en la formación del joven Marx, cuando es el elemento decisivo en los años posteriores, los del Marx maduro.

Demasiado drama y demasiado complejo para tan corto espacio, sobre todo si el director no quiere dejarse fuera ninguna ocasión de lanzar un guiño a la parroquia, al extremo de convertir la peli casi en una obra de culto. En un momento decisivo (y todos lo son aquí), Marx le suelta a Engels la undécima Tesis sobre Feuerbach, ("hasta ahora los filósofos..., etc."), un escrito que este publicaría póstumamente en 1888. Y no es un anacronismo porque esas tesis también son de 1843; del joven Marx o Marx romántico. Y ya no digamos si, además, como sucede hacia el final de la película, se plantea una cuestión que no suele tratarse en el marxismo y a Marx le preocupaba justo modo: la cuestión judía, dada su condición de hebreo que un fabricante inglés le espeta. Sin duda no había leído el largo ensayo Sobre la cuestión judía que Marx había publicado en 1844 en los inevitables Anales Franco-Alemanes, en los que no le pagaban.

Por lo demás, la ambientación es muy buena. Sobre todo la de la fábrica textil de Manchester, copropiedad del padre de Engels. Las duras condiciones de explotación de las trabajadoras, junto a las escenas de la carga de caballería en el bosque renano son como una introducción práctica, real, al posterior surgimiento de una conciencia y una teoría revolucionaria frente a unas relaciones de producción feudales en un caso y burguesas en el otro. Marx se fue al exilio en París y el joven Engels escribió su obra sobre la Condición de la clase obrera en Inglaterra, que es el primer estudio empírico sociológico del tema. El hijo del burgués matrimonia asimismo con una de esas trabajadoras del textil, una irlandesa, es decir, triplemente repudiada por trabajadora, por mujer y por irlandesa. Los dos matrimonios están bien pintados y el papel de las mujeres tratado con respeto como activistas en la misma causa de sus maridos.

La peli tiene al final unas interesantes consideraciones del director sobre la importancia del Manifiesto y el movimiento obrero así como una aguda observación sobre el carácter inacabado de El Capital, tan inacabado como la realidad que retrata.

dissabte, 10 de febrer del 2018

Los vanos propósitos

El procés sigue su curso, ahora ya en forma de república en el exilio con una encantadora indiferencia hacia las reacciones que provoca. La oposición en bloque en el Parlament hace saber que ignorará todo gobierno simbólico en Bruselas y solo atenderá al real -y no títere, recuerdan los más avisados- que dé cuentas en el Parlament. Obvio. Un gobierno simbólico solo podría dar cuentas simbólicas. Y las cuentas han de ser reales de vellón.

Dada la estructura de presidencia bicéfala estilo gaullista que se perfila, eso de ningunear el gobierno en el exilio es como si la oposición en Francia dijera al primer ministro que piensa ignorar al presidente. ¡Ah! Pero se trata de Francia y de una Constitución. Y aquí se trata de Catalunya y su constitución...interna o, si se quiere "simbólica". La fuerza que lo "interno" y lo "simbólico" tengan será cosa de los indepes y nada que la oposición parlamentaria esté en condiciones siquiera de entender porque no es cosa suya.

Según noticias, Rajoy se dispone a "mirar para otro lado" si se constituye algo así como una Consejo de la República en el Exilio. Costumbre no le falta  La cuestión es si puede. Lo que se instala en Bruselas es una especie de altavoz y faro europeo del independentismo catalán, una delegación exterior de una república que está naciendo en las condiciones más contradictorias y difíciles que cabe imaginar.

Llega un govern cuya primera tarea es conseguir la retirada del 155 y el levantamiento de todos los expedientes represivos del tipo que sean contra representantes democráticamente elegidos. Son las dos condiciones necesarias para iniciar una negociación política entre el Estado y la Generalitat que llegue a un acuerdo satisfactorio para ambas partes.

Abaddon Buñuel

Muy buena idea escenificar El ángel exterminador en versión de Fernando Sansegundo con dirección de Blanca Portillo en el teatro Español. Los buñuelianos, sección aragonesa del surrealismo, vamos a verla en manada, en rebaño, casi como las ovejas que entran en la iglesia en la última escena de la película, de 1962, que protagonizaba Silvia Pinal (Viridiana un año antes). El arma surrealista es de doble filo. Pero no hay problema, los buñuelianos, más que espectadores, somos cómplices y actores de las obras del maestro en destruir todo lo que toca.

Por eso es un gran acierto de la directora mezclar a los actores con el público. Sabia utilización de la fuerza del teatro sobre el cine. En este, los convidados a la fiesta de los Nóbile se encuentran atrapados tras una pantalla invisible que no pueden traspasar, como tampoco pueden la del cine. Pero el teatro elimina esta segunda pantalla al llevar parte de la acción al patio de butacas. Que también consiga eliminar la primera es cosa de lo que cada cual se fabrique en la cabeza. 

El Ángel exterminador es una obra de teatro, por lo que la "versión", por lo demás, muy buena, con algunos toques de actualización y realismo acertados, en realidad es una "recuperación". La obra es teatral. Que primero haya sido película es un mero azar del destino. La película, considerada una de las mejores del mundo, es puro teatro, tanto en la forma como en el fondo, tanto en la representación como en lo representado. La vida es teatro. Su lugar está en el escenario. De hecho, también hay una ópera The Exterminating Angel estrenada en el festival de Salzsburg de 2016, cuyo libreto sigue el guión de Buñuel/Alcoriza. 

Por eso es tan grato verla en teatro, porque es su elemento natural y montada con tanta sensación de agobio, hasta el paroxismo catedralicio. Si, acaso, para mi gusto, algo estridente, pero eso es también buñueliano.

El escenario de la involución de la especie, que viene ya anunciado al principio, cuando un juez habla de hipocresía, sobrepasa enseguida la crítica sociopolítica del análisis de clase en un contexto internacional determinado para cuestionar la condición humana. Que esta sea acogida por la Iglesia en forma de rebaño tras su pastor recuerda que Abaddon es el ángel de la muerte.

La profusión de actores en escena, infrecuente en unos tiempos que han vuelto al minimalismo ateniense, no da descanso a la atención, obliga a seleccionar historias y mantiene muy vivo el interés por los pintorescos retrocesos de los personajes. 

divendres, 9 de febrer del 2018

La V República

El toque gaullista de la trayectoria de Puigdemont se acentúa y se acelera. Después de alzarse como símbolo de la Catalogne résistante y de constituirse en símbolo de la legitimidad suprimida autoritariamente, ahora estamos en puertas de la V República, el "semipresidencialismo" francés, según la fórmula que han acordado los indepes que, ya se sabe, tienen algo de gabachos.

La V República. Un presidente todopoderoso que nombra un presidente de su mayoría parlamentaria. Otra cosa es cuando no tiene esa mayoría y se ve forzado a la cohabitación, pero no parece que sea ni vaya a ser el caso en Cataluña. El presidente reúne legitimidad y eficacia gestora, pero delega esta en el primer ministro. Más o menos, el acuerdo. Solo que aquí, por necesidades de este guión cada vez más surrealista, el presidente será presidente simbólico en el exilio y el primer ministro, presidenta de la Generalitat catalana. Para evitar, dícese, abrir otro frente judicial. Tarde o temprano se abrirá, pero es prudente retrasarlo.

¡Alto ahí! truena la ministra de Defensa, no se puede ser presidente en la distancia. No se sabe por qué, ya que Rajoy lo es desde el limbo, pero no merece la pena estar a estas pequeñeces. Cuando aclaran a la ministra que se trata de una presidencia simbólica, asiente rezongando que, de todas formas, eso es "engañar a los catalanes", esos a los que tan difícil es "sacrificar" uno a uno, pero a los que, según esta Aldonza Lorenzo de las armas, se puede engañar en rebaño. Como si se pudiera. Es la idea que estos gobernantes de pacotilla tienen de los catalanes, de Cataluña y del soberbio desastre que han montado con este país al que dicen querer tanto y al que no han dejado de esquilmar desde el día primero. La misma ministra lo dijo en uno de esos lapsus veritatis que tiene, que habían "trabajado mucho para saquear este país."

La ministra no se entera; el gobierno, tampoco. No pueden impedir una investidura "pro forma" de Puigdemont complementada con una de hecho y derecho de Elsa Artadi. Y no pueden evitar que la presidencia efectiva y eficaz esté residenciada en el presidente legítimo en el exilio, dadas las circunstancias excepcionales por las que atraviesa la República. Se mantiene el principio de legitimidad gaullista, Puigdemont es presidente, como lo es la presidenta que el Parlamento elija. Y ya no hay razón para mantener el 155. 

Lo que suceda entre tanto, día a día, es un misterio. La consolidación de un govern en el exilio por muy simbólico que sea, acabará provocando roces diplomáticos con Bélgica, tierra en donde los españoles no son especialmente bienquistos, pero los catalanes, sí. Al episodio de Ferrer i Guardia me remito. Y también habrá zafarrancho en otros frentes que la fabulosa ineptitud de este gobierno ha abierto y ahora no sabe cómo cerrar, singularmente el judicial que está desatado. Como alguien no lo evite, aquí se monta un macroproceso político contra el independentismo que nos va a mostrar ante los europeos como lo que somos, un país de pandereta y metralleta. 

El frente judicial es como las bombas de racimo: expanden el destrozo. Las redes se preguntaban ayer por el paradero de Anna Gabriel, citada a declarar por los tribunales, y que parece haber desaparecido. Son previsibles actitudes de rebeldía que apuntan a una desobediencia generalizada al Estado y sus medios. 

Es imposible gobernar un país a base de encarcelar a unos representantes democráticos, mandar a otros al exilio y perseguir a los restantes hasta el descansillo de la escalera. Dicen los cínicos del B155 que nadie habla ya de gobernar, que se trata simplemente de mantener el desgobierno actual y que nadie se mueva. 

Los catalanes ya se han movido y el Estado no puede pararlos, salvo que se convierta abiertamente en lo que ya es secretamente, una dictadura. La dictadura del B155, algo imposible de defender por ahí fuera y por aquí dentro. 

dijous, 8 de febrer del 2018

En Flandes sale el sol

El sol de la rebeldía, dicho sea como metáfora celestial, por si el Supremo. El sol de la europeización del conflicto España/Cataluña. Desde el comienzo se ha reconocido que el exilio de Puigdemont en Bruselas (hábil elección) fue un gran paso en la internacionalización de la querella. Y más pasos que han venido después con botas de siete leguas. 

Permítase a Palinuro soslayar el asunto de los conciliábulos y las negociaciones entre indepes, arropado en su fe de que llegarán a un acuerdo porque no hay otra. Y no soslayar para dedicarse a la holganza, sino para plantear un asunto colateral a estas cuestiones, pero decisivo. 

Al margen de las razones de otro tipo para investir a Puigdemont, está la de que ya es un polo de autoridad en torno al cual puede fraguar una estructura institucional de gobierno en el exilio. El país sabe mucho de esto. Centroeuropa, los Países Bajos, Suiza, han sido de siempre tierras de asilo para los disidentes españoles, ahora como catalanes. 

La cuestión es hasta qué punto un gobierno de la Generalitat en el exilio puede provocar un conflicto diplomático con Bélgica. A primera vista y a juzgar por el divertido asunto de la euro-orden de ida y vuelta, el gobierno español mantiene cierta cautela y tratará de evitar enfrentamientos pero acabará obligado a presentar protesta por la actividad de un gobierno catalán en el exilio. Que es justamente uno de los fines del independentismo: ser objeto (no provocar) de un conflicto diplomático entre dos Estados de la UE en el que varios otros querrán también opinar. En Flandes vuelve a estar la batalla.

Y todo eso sin perjuicio de que los asuntos cotidianos de la República Catalana sean gestionados por un govern independentista que comenzará exigiendo la retirada del 155. 

Homo sacer

La necedad y la inconsciencia de los gobernantes roza lo sublime. "Sacrificar un catalán" soltó en su retórica farisea la vicepresidenta, creyendo pasar a la historia. Y va camino de conseguirlo, pero a la historia de la estupidez. Las redes le saltaron ayer a la yugular a cuenta del verbo que, fiel a su esencia, tiene resonancias biblícas. Sacrificar.

Sí, el empleo del verbo es inepto porque va en contra de lo que la sacerdotisa de sacrificios pretende. En efecto: el gobierno considera que investir a Puigdemont es ilegal porque se trata de un prófugo de la justicia, de un fuera de la ley, de un homo sacer, a quien cualquiera puede matar... pero no sacrificar. Está prohibido. Un ser impuro no puede ser sacrificado. 

Mayor ineptitud, imposible. Si hay sacrificio, la víctima propiciatoria no puede ser impura ni estar fuera de la ley. Claro que no: es el presidente legítimo de la Generalitat. Así que se entiende la exigencia de sacrificio: se quiere aniquilar la legitimidad, sin percatarse de que ese empeño es precisamente lo que la hace inatacable. Habrá una presidencia bicéfala cuyo funcionamiento y equilibrio interno, previsiblemente, serán objeto de debate continuo en el independentismo por mor de las cambiantes circunstancias políticas. Y funcionará el respeto al principio de legitimidad salida de las urnas el 21 de diciembre y personificada en Carles Puigdemont, a quien no se puede sacrificar, no por impureza de la víctima, sino del victimario.

dimecres, 7 de febrer del 2018

Entrevista a Palinuro en Vic

Aquí va la entrevista que me hizo el periódico Més Osona el pasado 02/02. Esta hecha en el seminario de Vic, del que di cuenta en un post anterior y versa sobre cuestiones de mucha actualidad. No la comento porque se comenta por sí sola. Pero la incluyo aquí mismo: 

 ‘El sol fet de ser català et fa ser independentista’

Entrevista a Ramón Cotarelo, filòsof i politòleg

Toni Carrasco.- Ens va sorprendre, fa un temps, al Retrats de TV3 de Jaume Barberà. Després amb Jorge Verstringe, Cotarelo, aparegué en un altre programa des de la plaça Major de Vic. I fa dues setmanes el vam poder veure al FAQS de TV3 on l’audiència va al·lucinar tant en viu com per les xarxes. Cada cop són més les aparacions públiques a Catalunya d’aquest professor de Madrid. Aquest cap de setmana l’hem entrevistat, aprofitant la seva estada a Vic convidat per Òmnium Cultural.

Per què un professor de polítiques de Madrid s’interessa tant pel procés català?

Actualment sóc professor de la UNED. I qualsevol persona a Europa s’ha d’interessar per un assumpte de tanta importància social política i econòmica com la reivindicació independentista catalana. I si a més és espanyol, en major grau, perquè és quelcom que incideix directament sobre la nostra vida col·lectiva.

Coneix o està en contacte amb Suso del Toro, o amb altres intel·lectuals que parlen clar actualment sobre el dret a l’autodeterminació de Catalunya?

No. Em porto bé amb Suso del Toro, Javier Perez Royo,... però no tenim relació freqüent. Una mica més amb Suso. Però cadascú va pel seu costat.

I on són la resta d’intel·lectuals i professors d’Espanya quan han de parlar del procés?

Amb la Guàrdia Civil, tal qual.

Jo mateix he nascut a Vic, de pares andalusos, perquè creu que també sóc independentista? Qui m’ha ajudat a ser-ho?

El sol fet de ser català. Què més vols? Pertanys a una nació oprimida per una altra.

És a dir, perquè creu que el sentiment independentista ha crescut tant a Catalunya fins i tot amb les persones d’orígens espanyols?

En primer lloc el sentiment nacional català és molt antic, té segles. Recentment s’ha accelerat molt donat el caràcter despòtic i anticatalà del govern espanyol, sobretot del Partit Popular però també del partit socialista. I en tercer lloc perquè hi ha més gent que veu que aquesta és una situació de manifesta injustícia, i les persones que tinguin una mica de sentit de la justícia han de prendre partit.

Pensaven que hi havia democràcia però ens observen i controlen amb tots els nous mitjans tecnològics, hem arribat al 1984 de George Orwell?

Estic pensant perquè la comparació és atractiva. Però jo crec que no, perquè 1984 suposa una societat unitària i el problema aquí no és el de la mega repressió en una societat unitària sinó el de l’opressió d’una part de la població per una altra majoritària. L’opressió d’una minoria nacional per una altra majoria nacional que exerceix la tirania de la majoria.

Que després dins la tirania de la majoria hi hagi una situació similar a la de 1984 és bastant possible però el que fa el característic d’aquesta qüestió no és el totalitarisme que denuncia Orwell sinó la molt més clàssica qüestió d’una minoria nacional amb perfecte dret al seu reconeixement com a tal, en el seu dret a constituir-se en estat oprimida i explotada per una altra majoria nacional que exerceix el que sempre hem anomenat tirania de la majoria; que és el que li permet disfressar la seva tirania de democràcia, és a dir, els catalans poden decidir com tots els espanyols.

Quan es nega el vot dels catalans en el vot dels espanyols significa dissimular l’opressió que la majoria dels espanyols aplica sobre els catalans. Per tant és tota la població la que està implicada en això, no només el govern.

Les set diferències Euskadi/Catalunya

Molt senzilles. L’indepen-dentisme basc no era un moviment social, era una espècie d’aprofitament dels “estertors” del franquisme, perquè comença a finals dels 60 amb un contagi de les lluites d’alliberació nacional dels pobles oprimits a Amèrica i Àfrica, una espècie de còpia però sense arrels socials profundes. La prova és que mai va ser transversal, fou sempre obra d’una minoria organitzada, sostinguda per sectors radicals que mai han estat majoritaris a la població i pels capellans, res anodí.

Mentre que a Catalunya l’independentisme és un moviment social d’àmplia base, transversal que compta també amb la burgesia. El fet que en aquest moment l’aliança política independentista vagi des de la burgesia neoliberal fins als antisistema de la CUP dóna la pista. A Catalunya és un moviment integral del conjunt de la societat i això fa que sigui molt diferent d’Euskadi. I a això li has d’afegir que la famosa frase que es deia als terroristes bascos “mentre hi hagi violència, no hi ha res a parlar, si deixeu la violència, es pot parlar de tot”.

A Catalunya han demostrat que això és mentida, aquí no hi ha violència, allò era mentida. I això és una prova evident que a Catalunya l’independentisme no té res a veure amb el basc.

Creu que el PP tapa les seves vergonyes aprofitant-se del moment a Catalunya? Fins quan?

Sí, és clar. No sé fins quan. No sé, depèn, perquè la clau la té el poble espanyol que és el que hauria de posar fi a aquesta vergonya d’estar governats per un partit que és una associació de delinqüents. I que el president del govern sigui un presumpte delinqüent també. L’electorat, però dubto molt que ho vaig a fer; primer perquè vota PP directament o el vota indirectament votant al PSOE.

Pensa que fenòmens com les xarangues de Cadis referides al procés, reflecteixen el sentiment majoritari a entre els espanyols respecte al procés?

En les xarangues hi ha de tot. Per endavant que a mi no em resulten en absolut simpàtiques. I que en general aquesta adoració pel folklorisme la veritat és que em sembla detestable. Dit això, m’ha arribat que hi ha hagut un atac directe a Puigdemont que em sembla vergonyós i mostra la mentalitat de “siervos i esclavos”. I una altra que sembla lloa als catalans, però jo crec més aviat que és del gènere equidistant, vaja que espero que res d’això tingui efecte a Catalunya. En el conjunt de l’Estat em dóna exactament igual perquè a mi tot el que té a veure amb els carnavals que em sembla una excusa que s’han buscat els capellans per donar llibertat a la gent durant un temps determinat i que la resta del temps es deixin explotar “me repatea”.

Quina opinió breu li mereix el paper d’alguns dels protagonistes principals del procés?

Soraya: “la ratita presumida”.
Xavier Garcia Albiol: un espanyol fora de lloc.
Enric Millo: “un buen cipayo”.
Mariano Rajoy: un sobresou a temps complet i president del govern a temps parcial
Carles Puigdemont: el president mític que tots voldríem tenir.
Marta Rovira: Bona senyora però li fa falta una mica més de consistència
Artur Mas: l’heroi oblidat al qual caldrà tornar a rendir tribut.
Oriol Junqueras: un bon home que està patint un destí que no és
ANC: magnifica mostra de la vitalitat d’una societat lliure
Òmnium Cultural: el mateix que ANC, i que a més és més antiga
AMI: una bona relació entre les aspiracions del poble i la resposta de les seves institucions més properes.

També, si és possible, opinió sobre 3 dates històriques recents: 9N, 1Oct, 21D

Perquè 3? No, aquí no estem d’acord. El 9N, l’1-O, el 3-O, el 10-O declaració de la independència, el 27-O, el 7-12 manifestacions a Brussel·les i el 21D, eleccions. Aquestes sí que són les dates.

Quin paper és o hauria de ser ara el dels polítics a Catalunya/Espanya. I el dels periodistes?

A Catalunya m’agradaria que polítics i periodistes ho segueixen fent tal com ho fan, posant els interessos populars i nacionals de Catalunya per sobre dels interessos de partits. I que segueixin així que tenen l’èxit assegurat. I els periodistes catalans treure’s una bona assegurança perquè venen temps molt durs, per a totes les eventualitats
A escala d’Espanya els polítics espanyols haurien de dimitir tots en bloc. I els periodistes espanyols que fossin menys venuts al capital, a l’empresa.

En resum molt breu, dues frases: d’on venim, on estem, cap a on anem? Tot sabent que vostè no és una pitonissa. L’economista i amic Santiago Niño Becerra pronostica aquest any la independència de Catalunya, vostè ho creu?

En termes polítics d’on venim? De la repressió i l’opressió més espantoses. En el present estem lluitant per alliberar-nos. I en el futur volem portar a terme les nostres reivindicacions.

Si el de Niño Becerra és un desig, ho veig bé. I si, és una profecia, ho posa fàcil perquè en uns mesos ho veurem; però et recordo que deixaria en mal lloc a Deulofeu que té pronosticat la fi de l’imperi espanyol, i en conseqüència l’assoliment real de la independència de Catalunya, per al 2029. Abans no, perquè segons la matemàtica de la història les lleis de la història són incontrovertibles.

Així vostè creu que aconseguirem fer efectiva la república catalana? I quan?

És d’esperar. Jo ja veig la república espanyola. Com vols que no vegi la república catalana, si vindrà abans que l’espanyola?


2.060.000

Aquí mi artículo de hoy en elMón.cat, titulado Dos milions seixanta mil y centrado en recordar algo muy simple que tiende a olvidarse en el ajetreado día a día de la investidura y la contrainvestidura. Que detrás de las negociaciones, las amenazas gubernamentales, el activismo político-judicial y el contexto internacional hay 2.060.000 votos, la mayoría simple del electorado y 70 escaños, mayoría absoluta parlamentaria.

La República Catalana no es una invención de cuatro inconscientes ni una conjura de otros tantos conspiradores. Es una revolución que, como todas, se abre paso en condiciones difíciles, de cerrada hostilidad, recurriendo a la imaginación y la creatividad para hacer camino al andar. Una revolución democrática, cívica, pacífica, que el Estado no parece estar en condiciones de detener sin convertirse en dictadura abierta en Cataluña.

Esos 2.060.000 ciudadanos que probablemente son muchos más, están viviendo una república de hecho, luchando por recuperar sus instituciones. Constituyen el núcleo de una acción colectiva permanente, auto-organizada en redes virtuales y reales que no se puede combatir con policías ni tribunales. Es una sociedad cada vez más orientada a la desobediencia y resistencia civil pacífica, como la que difunde la iniciativa en peu de pau.

En todo caso, aquí la versión castellana del artículo:


Dos millones sesenta mil

Esa es la cantidad de votos a favor de la independencia en las elecciones del 21 de diciembre pasado. Mayoría relativa electoral y absoluta parlamentaria. Esa es la roca contra la que se estrellan las agresiones del nacionalismo español en sus múltiples variedades. Por eso prefieren ignorarla, silenciarla, como han hecho los audaces artistas en la gala de los Goyas; presentarla a través de sus medios serviles como una conspiración de un puñado se provincianos, como ha hecho el puñado de provincianos bien pagados de Tabarnia; reducirla al delirio de un solo hombre en Bruselas, como sueña el delirio de un hombre solo en La Moncloa, centro operativo de la Gürtel.

Crecientemente agresivo, el nacionalismo español en su forma de bloque del 155 (B155) esto es, el gobierno, el PSOE, C’s y el vergonzante apoyo de Podemos, dio un golpe de Estado para poner fin abrupto al independentismo catalán que él mismo había suscitado con su política autoritaria, recentralizadora y corrupta. Intervino el Parlament, destituyó el govern, encarceló indepes, obligó a otros a exiliarse, embargó las propiedades de otros más, convocó elecciones trucadas con candidatos en prisión, medios parciales, absoluta desigualdad de oportunidades… y las perdió haciendo el ridículo de paso, como se encargó de subrayar con aspavientos y declaraciones disparatadas la cabeza de lista de C’s. Con 2.060.000 votos a favor de la independencia, el electorado catalán reiteraba e incrementaba el resultado del referéndum del 1º de octubre de 2017, celebrado en unas condiciones de brutal represión policial que ha escandalizado al mundo entero.

Habiendo perdido, el B15 se niega a reconocer el resultado de las elecciones y pone en marcha la maquinaria mediática y judicial para impedir ilegalmente que pueda aplicarse. La conversión de la seudodemocracia española en la dictadura caudillista que constituye su verdadera esencia resulta patente. La necesidad de ocultar que el deseo de independencia en Cataluña es mayoritario y debe ser atendido se hace con ayuda de todos los aparatos ideológicos del Estado los medios de comunicación, la red de fundaciones y think tanks, los centros educativos, los intelectuales orgánicos del poder. Nadie sobra en esta tarea de mistificación para desfigurar la voluntad mayoritaria de los catalanes en una conspiración de cuatro iluminados o provincianos o en el delirio de un político irresponsable.

Recientemente se han incorporado las gentes del espectáculo y los bufones. Las primeras, que tenían una tradición de protesta y lucha por las causas de justicia, en su gala de los Goyas cayeron en un denso silencio, como si en España no hubiera presos, exiliados y embargados por razones políticas, como si en el momento en que ellos manoseaban sus Goyas, la Audiencia nacional no estuviera juzgando a un rapero, uno del oficio, por “delitos” de opinión. También se cuenta con la impagable aportación de la bufonada de Tabarnia que goza de acceso irrestricto a los medios públicos de comunicación reiterando la esencia misma de los bufones: tirar contra todo aquello que desagrade al poder a cuyo sueldo y servicio están.

Además de estos bufones a su servicio más o menos libre, el poder cuenta con otros medios contundentes para reprimir por la violencia la voluntad mayoritaria de los catalanes: las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, el sistema penitenciario, los jueces y, en último término, el ejército, como recurso final en el caso de que el frente mediático y el judicial no tengan pleno éxito en su misión. El mediático está cumpliendo su función bastante bien pues está al servicio incondicional del B155, miente, manipula y falsea si ningún escrúpulo, censura a los críticos y da barra libre a los propagandistas del unionismo. Últimamente amplía su servilismo a la denuncia de discrepantes a quienes se censura en los medios (públicos y privados), pero se los señala públicamente para que sean objetos de represalias.

El judicial está funcionando a pleno rendimiento con el encargo de dar una pátina de legalidad a lo que no es más que un abuso de poder político. El Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo, convertidos en instrumentos del gobierno, están perpetrando una causa general contra el independentismo catalán, un proceso político contra sus dirigentes, siempre en la esperanza de aplastar una mayoría democrática de más de dos millones de personas, atacando a sus representantes. La idea, típica de todos los despotismos y las tiranías, de que, sometiendo a estos a medidas injustas y arbitrarias, se conseguirá atemorizar a la mayoría y que se resigne a vivir en la opresión, la explotación y el desprecio.

La imagen que da la justicia es la sempiterna en España, resumida en la “justicia de Peralvillo” en la que primero se ejecutaba al reo y luego se le instruía la causa. Lo mismo que está haciendo el Supremo: primero encarcela a la gente y luego se fabrican los supuestos delitos. Y más allá incluso. No solamente el Supremo se extralimita en sus atribuciones, procede por analogías, abusa de su activismo judicial e ignora el due process of law sino que se ha convertido en un tribunal inquisitorial que castiga a los reos por sus convicciones. Como ha quedado claro en los pronunciamientos del juez Llarena: tanto Joaquim Forn como Jordi González están en prisión preventiva contra toda justicia y derecho por sus convicciones independentistas,

Estas actuaciones judiciales debieran ser objeto ya de réplicas contundentes de las instancias europeas en defensa de los derechos de unos ciudadanos atropellados por una justicia al servicio de la dictadura del B155.

dimarts, 6 de febrer del 2018

Los votantes los prefieren nuevos

Los cuatro aspirantes a la presidencia del gobierno, todos varones comprometidos con la igualdad de género reciben los resultados del barómetro del CIS y su cocina con la mejor sonrisa. Las de C's y el PSOE son radiantes; la del PP torcida; y la de Podemos, de cartón piedra. Está claro: el electorado quiere caras, propuestas nuevas. Rivera y Sánchez lo son, al menos tanto como pueden serlo dos profesionales de la política con diez o doce años de veteranía. Rajoy es lo viejo renovado y algo de lo que la opinión está harta, como se prueba por la bajísima popularidad de Rajoy. Iglesias, lo nuevo avejentado a marchas forzadas con muy pobre valoración popular también. ¿Qué pueden haber hecho mal para que, habiendo salido al "sorpasso" del PSOE, se hayan visto sorpasados por C's? Interesante tema de reflexión. ¿Qué pueden haber hecho mal para ganarse esa imagen viejuna siendo los únicos nuevos reales?

La pugna parece ser entre C's y PSOE que, además de presentarse como nuevos, aun no siéndolo, rentabilizan el siempre ubérrimo campo del centro político. Al menos con mayores visos de verosimilitud que los dos supuestos extremos de Podemos por un lado y el PP por el otro que, además, arrastra el estigma del desastre.

Pero tiene la mayor expectativa de voto, si bien no la más alta intención, pues le pasan por delante el PSOE y C's. Podemos se queda en el furgón de cola de esta importante magnitud. 

En todo caso, recuérdese que si la utilidad de los sondeos en tiempos tranquilos es dudosa, en tiempos intranquilos como estos tiende a cero. Sobre todo teniendo en cuenta que la política en España hoy se hace en Cataluña.

El debate de investidura

Es el que está dándose ahora mismo, mientras se confrontan las distintas propuestas, unas más afines entre sí que otras. La República Catalana, esa que muchos reputan fantasmagórica, está funcionando de hecho. Lo está haciendo en las condiciones de restricción en las que se encuentra. Sería estúpido ignorarlas. Pero contar con las restricciones objetivas no supone aceptar sus planteamientos ni consecuencias.

Hay un debate sobre distintas propuestas que se estudiarán de buena fe. De aquí no se sigue ni se seguirá una fractura o división del bloque indepe. Y no se seguirá porque le va la vida en la unidad. Unido el bloque, lo puede todo; desunido, nada. Por eso, habrá una fórmula de investidura que satisfaga a las fuerzas indepes. A todas. La participación de la CUP en las deliberaciones tiene un alto contenido político tanto en lo eficaz como en lo simbólico. En lo primero, porque sus votos son imprescindibles; en lo segundo  porque su alianza con las otras posiciones del arco, la derecha burguesa y la izquierda parlamentaria, asegura la legitimidad del proceso como actividad transversal, que pone el eje nacional por delante del social y el interés de la nación por delante del de partido. 

Esa cohesión del bloque indepe es la garantía de que habrá un govern. Llegadas las cosas aquí, hay un punto ya fijo y acordado: Puigdemont ha de ser investido. El problema es cómo, de forma que el govern resultante aúne legitimidad y eficacia. La invisible República Catalana está funcionando de hecho en una situación de restricción del 155 que tratará de levantar. Su fuerza radica en la convocatoria de nuevas elecciones que Rajoy no quiere bajo ningún concepto, pues ha vuelto a su ser natural de impedir el voto de la gente al coste que sea. Abandonó esta práctica el 21 de diciembre y tuvo un resultado desastroso. En modo alguno aceptará otras elecciones cuyo resultado seguramente será peor.

El problema es que no dependen de él, sino de una decisión del Parlament que él no puede contrariar salvo que cierre el Parlament y declare la dictadura abierta en Cataluña. 

dilluns, 5 de febrer del 2018

Orzando contra el B155

El mundo del cine tuvo ayer su noche de galamour, con la repercusión y el éxito que merece. El compromiso de rigor del arte se manifestó en clave feminista especialmente porque anuncia un episodio de salidas de armarios. Estos yanquies, con su puritanismo importado, ponen el personal en evidencia. Las francesas del espectáculo, acaudilladas por Catherine Deneuve, se han plantado frente al "me too". En España hay suspense y compás de espera. Ya se verá. Nada mal el momento, nada mal la toma de posesión y el enfoque. 

Pero ahí, en los abanicos rojos se quedó la visión externa del arte. Salió Cataluña con un par de sanas bromas de un goliardesco actualizado y se apagó. Venía yo de contemplar un espectáculo que daba cuenta con luz y sonido de la quema de la ciudad de Prats de Lluçanès dos veces por las tropas de Felipe V y esa oscuridad me chocó. El arte ¿no tiene nada que decir sobre una sociedad en la que hay presos políticos? Ayer también se veía la causa ante la Audiencia Nacional contra uno del oficio, Pablo Hasel, a quien dicha Audiencia instó a decir la verdad siendo así que como él mismo señala y muchos otros creemos, comparece ante ella precisamente por decirla. ¿Tampoco tiene el arte nada que decir ante la condena penal por "delito" de opinión? 

No sé qué Goya conmemoran estos Goya.

En el mundo del cine,  la realidad no contamina la ficción. La ficción es la realidad. Y no me refiero a ese firme compromiso de proceder de ahora en adelante con criterios de rígida paridad. En absoluto.

Fuera del mundo del cine, la realidad se convierte en ficción por derecho propio en un "esperpento" (según El País) cada vez más enmarañado y enrevesado de la que el gobierno no sabe cómo salir. Buscando una metáfora para describir lo que está sucediendo con la investidura de Puigdemont y efectos concomitantes, se me ocurrió la náutica de que el bloque independentista vira a barlovento,  orza contra el B155 y resiste. Parece que se impone a la otra propuesta de virar a sotavento y aprovechar la imposición del TC. Y, en principio, se impone porque tiene un recurso nuevo: apunta a nuevas elecciones. 

La propuesta de nuevas elecciones enfurece literalmente al B155 porque lo enfrenta a una disyuntiva que, en el mejor de los casos, sería una repetición de la situación actual, lo que obligaría a más medidas represivas y, en el peor, una triunfo mayor del independentismo, lo que haría más escandalosa la repetición de medidas represivas,

De ahí que M. Rajoy anuncie en un mitin que nadie sueñe con nuevas elecciones. Por cierto, un mitin  en Córdoba ante familiares de las víctimas para reivindicar la prisión permanente revisable. Justo de lo que no se habló. A no ser que el hablar solo de Cataluña debiera entenderse como una sibilina clase práctica de la tal condena permanente. Nada de elecciones. Así como convocó de improviso las del pasado 21 de diciembre, ahora, igual de improviso, el 155 se niega a convocar otras. Dejad toda esperanza de elecciones.

Pero es que las elecciones no las convoca el gobierno, sino el Parlament. La única posibilidad de evitarlo es intervenir 155 en mano y cerrar al Parlament. Un éxito que ignoro cómo van a explicar en Europa. 

diumenge, 4 de febrer del 2018

El fin prevalece

Òmnium no pide nada que no pidan todas las personas comprometidas en el movimiento independentista en todos los niveles. Nada que no pidan los políticos y partidos indepes. Esa coincidencia y unanimidad es esencial porque es estratégica, la fuerza misma, el nervio del movimento. Por supuesto, este se nutre del esfuerzo combinado de personas y grupos, todos seres humanos y, como seres humanos, accesibles a sentimientos diversos, altos y bajos de ánimo. Si no, no serían seres humanos; serían máquinas. Personas que individual o colectivamente se enfrentan a situaciones a veces muy duras en defensa de sus ideas y convicciones, frente a un adversario poderoso, sin escrúpulos ni límites. Es comprensible y de comprensión mutua y respeto ha dado este movimiento muestras abundantes. Bien empleados porque, hasta la fecha, todos los participantes, cada cual en donde le correspondía, han sabido estar en su sitio y no ha habido fallos. En estas mencionadas condiciones. Todos se han hecho acreedores a un ancho margen de confianza.

Luego están las propuestas tácticas. Estas habrán de ser variadas, lógicamente, y deberán debatirse de buena fe siempre sobre el telón del fondo del objetivo estratégico compartido.

Ayer considerábamos dos vías que llamábamos de contemporización y de ruptura. Hoy, después del mensaje de Puigdemont por instagram y el parecer expresado por alguna miembro de JxC, merece ela pena considerar la propuesta de provocar nuevas elecciones. Desde el punto de vista práctico es fácil de implementar: se fracasa en la votación de investidura y se dejan pasar los dos meses reglamentarios antes de disolver el Parlament y convocar nuevas elecciones. Esta propuesta tiene, a primera vista, una ventaja y un inconveniente. A segunda vista ya es otra cosa. La ventaja a primera vista: las elecciones las convoca Torrent, el Parlament, no el gobierno central. Es el independentismo el que marca los tiempos. El inconveniente también a primera vista: hay dos meses de gobierno vacante que no se compadecen con la urgencia en la recuperación de las instituciones y en los cuales, probablemente, se den las inhabilitaciones express preanunciadas por el Supremo de Junqueras y Puigdemont.

A segunda vista, también de consideración obligada porque podemos encontrarnos con elecciones anticipadas tanto por mano del Parlament como del gobierno del 155. Aunque la propaganda contraria explotará un supuesto cansancio del electorado indepe, no es iluso pensar que, al contrario, el problema lo tendrá la movilización del voto unionista. En buena medida esto dependerá de cómo se articule la comunicación política de la campaña indepe. Se consolida la idea de que el conflicto no solo es sobre el derecho de autodeterminación sino y sobre todo, con carácter previo, sobre la defensa de la democracia frente al ataque dictatorial del 155 cuya negativa a aceptar el resultado de las elecciones que él mismo convoca, prueba que intentará seguir haciéndolo. Solo un aumento del voto independentista conseguirá evitarlo.

Ciertamente, esto significa devolver el juego al campo del pueblo, dado que es el que lo ha impulsado desde el principio y el que puede coronarlo.

No obstante, cualquier decisión táctica que adopten todos lo intervinientes en el proceso de acuerdo unánime estará bien.

Donec Perficiam.


Vic: seminaristas y rebeldes

Estamos en Vic, una ciudad que enamora, curiosa mezcla de lugar obispal, condal, burgués con un rico pasado, anterior a los romanos, romanizada después, "visigotizada" y "medievalizada", con una riqueza arquitéctónica civil y religiosa incomparable, aunque sufrió mucho en la guerra civil. Tuvimos el privilegio de contar con una guía excepcional que se sabe la ciudad al dedillo y, además, la interpreta con mucho sentimiento.

Nos alojamos en el seminario de Vic, reconvertido en un establecimiento hotelero y de otras finalidades, cuyo refectorio está discretamente presidido por una fotografía tradicional hoy en al archivo del establecimiento que representa un grupo de seminaristas del siglo XIX. La imagen es sorprendente: ¡seminaristas con atuendos casi de dandies, alzacuellos y sombrero de chistera! Mezcla del espíritu y el mundo, sus pompas y obras. Los seminaristas eran una verdadera institución en la ciudad y la guía, Andrea, nos ilustró sobre el contexto social de estos caballeretes y trazó una cuadro de clases sociales en el siglo XIX. Seminaristas ricos, seminaristas pobres. Mírense bien porque son un espectáculo: los ademanes, los gestos, las actitudes.

Luego de contemplar la ciudad nos sumamos a la festividad de Santa Ágata, en Prats de Lluçanès, a invitación del alcalde, Isaac Peraire que es también vicesecretari general de coordinación interna, territori y organizatció de ERC. El contenido de la festividad fue un espectáculo estupendo de luz, sonido e interpretación en memoria de la crema (dos veces) de la ciudad por Felipe V, el antepasado del VI, traído y adecuado a los sucesos más actuales en reivindicación de la libertad de los presos políticos de los que, en este país, para frustración del gobierno, nadie está dispuesto a olvidarse. Maravillosa traca final de fuegos artificiales, con la que disfrutamos chicos y grandes y no sé quiénes más. Luego caímos a una cena de pan con tomate y embutidos que no pudimos disfrutar como hubiéramos querido porque la tiranía del tiempo no nos lo permitió. Lo sentí mucho (estaba, además, encantado, departiendo con algunos comensales sobre el tortuoso tema de la esencia de España) y prometo volver más adelante.

Hoy, Palinuro en Vic, Osona, Asamblea de Òmnium Cultural

Bonito cartel han hecho los de Ómnium Cultural de Osona, cuya asamblea general se celebra mañana y en la que contaremos con la asistencia de la esposa de Joaquim Forn, uno de los presos políticos del régimen. 

La represión seguirá aumentando un tiempo. Ya han llegado al poder los más duros, correosos, recalcitrantes fascistas de la reserva, los jueces peperos más militantes, los políticos más cínicos y franquistas. Señal de que van perdiendo. La resistencia de todo un pueblo acabará con ellos. 

No podrán hacer con todo él lo que quieren hacer con el mecánico de Reus: procesarlo acusándolo de un delito de odio por ejercer su derecho a no reparar el coche de un policía "nacional". Acabará pasando: pueden invadir Catalunya, pero no obligar a los catalanes a trabajar a su servicio. Catalunya tiene una poderosa y autónoma sociedad civil, cosa que ni se huele en el resto del Estado. Y es esa sociedad civil la que se ha alzado contra las imposiciones de la oligarquía española. Cada vez está más clara la situación colonial que M. Rajoy, el de la Gürtel, llama "nacionalismo integrador" en uno de los frecuentes lapsus de su pobre lengua y confuso cerebro.

Catalans, "encore de l'audace si vous voulez être libres."

dissabte, 3 de febrer del 2018

Mañana, Palinuro en Vic

Bonito cartel han hecho los de Ómnium Cultural de Osona, cuya asamblea general se celebra mañana y en la que contaremos con la asistencia de la esposa de Joaquim Forn, uno de los presos políticos del régimen. 

La represión seguirá aumentando un tiempo. Ya han llegado al poder los más duros, correosos, recalcitrantes fascistas de la reserva, los jueces peperos más militantes, los políticos más cínicos y franquistas. Señal de que van perdiendo. La resistencia de todo un pueblo acabará con ellos. 

No podrán hacer con todo él lo que quieren hacer con el mecánico de Reus: procesarlo acusándolo de un delito de odio por ejercer su derecho a no reparar el coche de un policía "nacional". Acabará pasando: pueden invadir Catalunya, pero no obligar a los catalanes a trabajar a su servicio. Catalunya tiene una poderosa y autónoma sociedad civil, cosa que ni se huele en el resto del Estado. Y es esa sociedad civil la que se ha alzado contra las imposiciones de la oligarquía española. Cada vez está más clara la situación colonial que M. Rajoy, el de la Gürtel, llama "nacionalismo integrador" en uno de los frecuentes lapsus de su pobre lengua y confuso cerebro.

Catalans, "encore de l'audace si vous voulez être libres."

La dictadura del 155

Divertido ver al atildado petimetre portavoz de este gobierno franquista  hablando de legalidad y Estado de derecho como si supiera lo que son. Como si lo supiera alguno de la banda de presuntos malhechores que lleva años saqueando el país. No parecen servirles de mucho los briefings que sobre la materia les da el cogollo de ilustres nulidades que administra Cebrián en torno al pesebre de Prisa, incapaces de una sola idea medio original que rompa con el mazacote del nacionalismo español más retrógrado. No es de extrañar que sus discípulos, faltos de alimento espiritual, salgan a las ruedas de prensa cargados de ruedas de molino. 

¿Recuerdan ustedes cuando este mismo pavo decía no hace cuatro meses que estaría encantado si Puigdemont se presentara a las elecciones? Los lumbreras creían que los unionistas iban a ganarlas por goleada. Seguramente se lo sopló Arriola, el "gurú" demoscópico de esta basca. Lo dijo con su brutal simpleza  Cospedal: que habían convocado elecciones para que las ganara el bloque constitucionalista. O sea, el que las ha perdido. Las ha ganado el bloque independentista. ¡Ah, pero Puigdemont no puede ser presidente! ¿Por qué no? Porque a la partida que detenta el gobierno de España no le da la gana, porque le tiene rabia y odio. Y, sobre todo, miedo, mucho miedo.

Por fortuna cuentan con unos medios capaces de mentir con más aplomo que ellos para engañar a la gente. Y con razón. Les van la subsistencia, las nóminas, los sobres, las pagas, pluses y primas por manipular a favor del gobierno y prostituir la noble actividad periodística. 

Se convocaron elecciones para ganarlas. Si se perdieron, se emplea la fuerza bruta y la complaciente actividad de unos jueces más al servicio del gobierno de lo que están los periodistas (son las dos brigadas del franquismo actual: la judicial y la mediática), para anularlas de hecho y no respetar su resultado. Al presidente del Parlament no lo elige este sino el gobierno del PP a través de la dictadura del 155.

¿Recuerdan ustedes asimismo cuando el nacionalismo español decía en el País Vasco que sin violencia podría hablarse de todo, incluso de independencia? Era mentira entonces y sigue siendo mentira hasta el día de hoy. Pero le da igual. Su forma de ser es la mentira. Los franquistas no saben hacer política sin mentir. Y ahora es peor. Como no se les ofrece la excusa de la violencia en Catalunya para justificar la represión que tienen preparada, están haciendo lo posible por provocarla ellos. Toda su acción, desde el atentado de las Ramblas en el verano al día de hoy busca provocar y provocar y provocar, a ver si, por fin, alguien salta, pasa algo y se justifica la ocupación militar de Cataluña, que es lo que esta banda está buscando para que así se olviden también las sinvergonzadas de la Monarquía, la corrupción y el latrocinio peperos.

Por supuesto que el 155 seguirá. No hace falta que lo enuncie el portavoz. Nunca pensaron dejar de hacerlo. El 155 es la anulación de la democracia y la Constitución real de Cataluña. La Constitución real de Cataluña es la dictadura y, se quiera o no, la de España entera, de acuerdo con el enunciado nacional-español de que Cataluña es España.

Por último, exactamente, ¿qué puede significar candidato limpio, dicho por un embustero (probado queda con la invitación a Puigdemont a ser candidato), miembro del gobierno más corrupto de la historia reciente de España, con un presidente que cobró sobresueldos en B y un partido literalmente cuajado de ladrones bajo una monarquía tan cursi como autoritaria y antipopular? ¿Está limpio M punto Rajoy?

Más limpio está cualquier candidato independentista que todos los peperos juntos comulgando en el Corpus Christi.

divendres, 2 de febrer del 2018

Catalunya ya se ha ido

Traigo aquí la entrevista que me hizo Rosa Peroy con motivo de la xerrada que tuvo lugar el lunes pasado en el Teatro Principal de Lleida en donde conseguimos llenar el aforo de 800 personas. Así son las cosas. Cuando uno ve cómo la ilusión de independencia, el conjunto del procés suscita tanta atención, comprende uno la inutilidad del esfuerzo represivo de la oligarquía española y el bloque del 155. Cualquier acto que se convoque, sea conferencia, manifestación, declaración, vigilia, movilización, homenaje, lo que sea, en reivindicación unitaria de la independencia, tiene garantizada una asistencia en masa de la gente. Porque esta gente no es comparsa ni espectadora pasiva, sino muy activa de un proceso en el que está directamente implicada como pueblo porque sabe que, en el fondo, es ella quien lo dirige.

El espectáculo es tan clásico, tan obvio, tan conocido y su desarrollo tan previsible que uno se pregunta cómo es que estos gobernantes y el conjunto de la clase política española no lo ve. Pregunta con veloz respuesta: no lo ve porque, en su ciega soberbia española, no lee, no mira, no se entera, no quiere enterarse de que esto no es una actividad delictiva de un grupo de malandrines, sino un movimiento popular (y popular de verdad, no como el partido del gobierno que de "popular"solo tiene el nombre del banco que lo apoya), extendido por todo el territorio, encastrado en todas las actividades civiles de la sociedad, compartido como un sentimiento común. La imagen es de parodia: un pueblo unido, pacífico, cívicamente movilizado, articulado con unas autoridades imaginativas, con flexibilidad e iniciativa frente a otras que son como muñecos de cartón: políticos ladrones, monarcas cursis pero venenosos, curas trabucaires, obispos repipis, jueces avinagrados y prevaricadores, policías brutales, funcionarios corruptos, opositores sumisos, periodistas lacayos, tertulianos mordedores, presentadoras plagiarias, bandas callejeras de fascistas rebuznantes, izquierdistas de chicha y nabo a quienes Cataluña produce urticaria. Todos ellos armados con leyes y contraleyes que hacen en sus covachuelas de franquistas de guardia para tratar de detener un movimiento popular, abierto, espontáneo, libre.

No podrán.