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dijous, 11 d’agost del 2011

El discutido fin de ETA.

ETA es una reliquia del pasado; una herencia envenenada del franquismo y la mayor y más permanente amenaza a la consolidación de la democracia española desde esa transición que tantos flecos dejó sueltos, entre ellos, el del terrorismo etarra. Su desaparición será en parte como otro fin de la transición, en especial en el País Vasco. Y es también una de las mejores noticias que se puedan dar a los españoles, a su inmensa mayoría, que la espera con mucho interés.

Pero cuarenta años de pistolerismo o de lucha de liberación nacional, según quién hable, no se liquidan de golpe, tanto desde el punto de vista orgánico-empresarial como desde el simbólico. Porque ETA era y, mientras no desaparezca, sigue siendo, un conglomerado empresarial, si bien con una práctica contable sui generis, y las empresas no cierran de la noche a la mañana; hay unos procedimientos, hay que avisar a los empleados, etc. Además, el aspecto simbólico. ETA forma parte de la cultura política abertzale desde siempre y sustituirla por una organización política legal, por muy díscola que sea, requiere preparación.

La banda (o la organización, como dice la izquierda patriótica) se resiste cuanto puede. Trata de sacar el máximo provecho de lo que implícitamente acepta como inevitable: su desaparición que, en definitiva, implica el reconocimiento de su derrota, algo que a nadie gusta admitir. Los llamados "duros" no acaban de aceptar que la actividad legal compense por el cese de la armada. Temen que, terminada ésta, la política se institucionalice y no permita avanzar hacia la autodeterminación que es lo que dice pretender la izquierda abertzale en su reciente documento para volver al frente soberanista que el PNV ya ha rechazado.

Y ese parece ser el gran abstáculo a que se haga pública la decisión de ETA de dejarlo, cosa que, al parecer, está poniendo nerviosos a los presos que no entienden por qué no se ha anunciado ya. Efectivamente, tiene poco sentido, sobre todo porque, cada día que pasa se cuestiona más y más la actividad política legal de Bildu. Mientras haya una amenaza, aunque sea latente, de violencia la derecha española seguirá pidiendo la ilegalización de Bildu y presionando al gobierno para que la inste. Si eso se produjera, sería un retroceso inimaginable en la normalización del País Vasco. Precisamente por ello pide la derecha la ilegalización, para paralizar el proceso ya que bajo ningún concepto quiere que el fin de ETA sea con un gobierno socialista, sobre todo ahora, con unas elecciones en ciernes.

Es una actitud muy reprobable que antepone los intereses del partido a los del país, aunque tampoco tan extraña. El comportamiento del PP durante la crisis ha sido boicotear en lo posible las medidas internas y externas del gobierno para salir de ella. Y lo mismo en la lucha contra ETA. No le interesa el fin de ETA con un gobierno socialista. Como eso no se puede decir a las claras, se retuercen los argumentos a extremos inverosímiles. Que Arenas ponga en duda la voluntad de Rubalcaba de acabar con ETA, esto es, del ministro del Interior más eficaz de la democracia en la lucha contra ETA y el que la ha acogotado es algo incalificable, como incalificable es que Mayor Oreja repita como un vinilo rayado que el gobierno lo que está haciendo es negociar con ETA. Todo propio de quienes alimentan el caso Faisán con el que se pretende procesar por colaboración con banda armada a los que más la han combatido.

Desaparezca ETA de una vez y cuanto antes y Bildu, que tendrá mayor margen de acción y no estará acosada en el frente judicial, podrá desplegar su práctica independentista desde las instituciones, como hace ERC en Cataluña. Y para ello tiene que convencer a los de las pistolas de que, si se acepta el juego democrático, se acepta con todas las consecuencias una de las cuales es que se puede perder, depende de los votos. Jugar sólo a ganar por las buenas o por las malas no es democrático, depende de las balas. Y la gente ya ha decidido votos. El que pide que el Estado español respete la voluntad del pueblo vasco ha de empezar por respetarla él mismo.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 6 de maig del 2011

Bildu y las perspectivas del PSOE.

El Tribunal Constitucional ha hecho lo que debía hacer. Y punto pelota, como dice un hijo mío. Tenía que amparar a los recurrentes porque era de justicia. No se puede privar de derechos fundamentales a unos ciudadanos de partidos legales por el hecho de que hayan formado una coalición electoral con otros ciudadanos independientes pero bajo sospecha. Eso hubiera sido un atropello, algo que invalidaría moralmente las elecciones aunque todos los demás partidos concurrieran a ellas, que estaría por ver.

Ahora estos de Bildu tienen que mostrar que sus aseveraciones de independencia frente a ETA son ciertas, trabajando en pro de sus ideales con el único medio que es admisible en democracia: la palabra. A lo mejor cuando ésta resuene en sede parlamentaria, los de las pistolas acaban de entender algo que cualquier militar autodidacta sabe, esto es, que si no puedes ganar una guerra lo mejor es que te desmovilices y te dediques a otra cosa. Esa decisión del Constitucional muestra que la democracia y el Estado de derecho son una realidad en España. Todos hemos ganado con ella.

Hemos ganado en términos políticos, morales, de legitimidad. Pero ahora comienza un proceso electoral en donde de lo que se trata es de ganar en votos. Y lo primero que salta a la vista es que, según el barómetro especial del CIS (pongo el enlace a la página de entrada; no he conseguido encontrar ese barómetro), el PSOE se hunde estrepitosamente, incluidos sus bastiones, mientras que el el PP gana con holgura. Supongo que los sociatas van a pagar los platos rotos del gran festín del capitalismo en crisis, que será un voto de castigo. Luego se verá si cabe leer los resultados como una premonición de las generales del año que viene. Las distintas respuestas dependerán de los resultados. En política práctica los razonamientos barren siempre para casa.

La presencia de Bildu presumo que no supondrá gran variación en los resultados generales. Cierto que la oposición utilizará la legalización de la coalición para atacar al Gobierno, pero eso sólo puede hacerlo a base de deslegitimar el Tribunal Constitucional insinuando que actúa a las órdenes del poder político. En realidad, lo único del País Vasco que puede impulsar las expectativas del PSOE es que ETA deponga definitivamente las armas.

También podría darse el llamado efecto underdog, según el cual mucha gente se apiada siempre del perro que cae debajo en una pelea, de forma que el eventual perdedor acaba resultando a la postre ganador. En la campaña pueden pasar muchas cosas. Si el PSOE centra sus mensajes en los dos puntos débiles del PP, que son la falta de ideas y la corrupción, cuyo nombre propio es Gürtel, y los repite machaconamente, sacándolos a relucir siempre, venga o no a cuento, es posible que el mensaje cale y haya un vuelco de la situación.

Por eso se dice siempre con razón (aunque suelen hacerlo sólo los que van perdiendo) que la verdadera encuesta, la que cuenta, es la del día de la votación. Hasta entonces, ojo con la piel del oso.

dilluns, 2 de maig del 2011

Ilegalizar y...

Parece como si, llegados a este punto en el interminable proceso de retorno de la Izquierda abertzale a las instituciones, lo más prudente que podía hacer el Supremo fuera lo que ha hecho: ilegalizar las 254 candidaturas de Bildu y ya se verá cuántas de las agrupaciones electorales. Pero que sea lo más prudente no quiere decir que sea lo más justo. Prudencia y justicia suelen ir juntas y los tribunales así proceden. Pero ese maridaje no es automático y a veces tienen que elegir. Como ha hecho la sala 61 del Supremo en la que nueve magistrados han optado por la prudencia y seis por la justicia. Esos seis tienen un argumento poderoso: que los tribunales han de ser justos antes que prudentes.

A una petición previa del PP de que se ilegalizara la misma coalición Bildu respondió el ministro de Justicia que eso no es posible porque la Ley de Partidos permite ilegalizar partidos pero no coaliciones. No es un argumento brillante pero sí formalmente impecable. Por eso el Estado impugnó las candidaturas, por posible contaminación, no la coalición en sí misma por algún motivo ideológico. Sin embargo, al bloquear las 254 candidaturas el Supremo viene a ilegalizar de hecho lo que el Ministro decía que no puede hacerse de derecho, esto es, la coalición. Sólo conozco los razonamientos del Supremo por la prensa pero si es cierto que fundamenta la decisión en que Bildu está controlada por ETA y Batasuna, está claro que opta por la vía ideológica antes que por la de las pruebas materiales de contaminación, caso por caso.

Quizá esto sea ya suficiente para que el Tribunal Constitucional ampare a Bildu. Pero hay más. Es posible que, pese a todo, la decisión tampoco sea prudente. Se haya fundamentado la prohibición como se haya hecho, afecta a todas las candidaturas de Bildu. Pero en éstas, además de los candidatos "independientes", están los de Eusko Alkartasuna y Alternatiba, dos partidos legales que, por mor de la decisión del Supremo, se quedan sin representación local. En el caso de Alternatiba la cuestión es casi simbólica porque al surgir como partido en 2009 de una escisión de Ezker Batua-Berdeak, carece de representantes locales propios. Pero no así con Eusko Alkartasuna, que tiene nueve alcaldes y casi doscientos concejales en el País Vasco, sin contar diputados forales y junteros. Y ¿puede haber elecciones en el País Vasco sin la presencia de EA? Habrá que ver qué dice el PNV pero es claro que, si el resultado es la exclusión de EA y Alternatiba de las elecciones, la decisión podría ser las dos cosas, injusta e imprudente.

Claro que también cabe argumentar que, cuando aceptaron incluir sus candidatos en las listas de Bildu, tanto EA como Alternatiba ya sabían a lo que se exponían y, si aducen que no lo sabían, se les recordará ese astuto concepto de la ilegalidad sobrevenida. Es decir, ahora tendrá que pronunciarse el Tribunal Constitucional en un asunto enmarañado y con dos días de plazo. Jueces que, como los del Supremo, tienen que tomar decisiones con la rapidez de los políticos. Entiendo que si el Constitucional encuentra el modo de mantener la prohibición de Bildu pero permitir que EA y Alternatiba concurran a las elecciones habrá enmendado el destrozo y hasta es posible que puesto en el disparadero a ETA para que comprenda de una vez que tiene que deponer las armas. Pero si no lo consigue tenemos un problema.

(La imagen es una foto de www.larrabetzutik.org, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 25 d’abril del 2011

Obviamente.

Palinuro lleva tres meses diciendo que la derecha vende la piel del oso antes de cazarlo, que las elecciones no están decididas y que esos 14 puntos porcentuales de diferencia a favor del PP no se compadecen con el sentido común; y cuando algo no se compadece con el sentido común, malo. Pero es igual: como espoleada por los sondeos previos, la oposición conservadora se ha lanzado a la carga de la brigada pesada sin mirar si tenía al enemigo delante o detrás y ahora corre hacia un precipicio que no era difícil ver. Se dice que los asesores del PP, las gentes que determinan su estrategia, habían apostado por perseverar en una línea que auguraba muy buenos resultados. El gobierno se hundía solo y a la oposición no se le exigían propuestas. Perseverar en esa línea es perseverar en el error, cosa que seguramente se debe a la creencia de la derecha de que el electorado no se informa, no compara, no razona y sólo se llega a él aumentando los decibelios. Pero eso es falso, como puede verse analizando el resultado de la táctica del laissez faire (tan poco recomendable en política como en economía) frente a los tres grandes asuntos que se ventilan en estas elecciones y las subsiguientes generales de 2012: la crisis, el fin de ETA y el caso Gürtel.

La crisis. El PP ha apostado todo a que España se hundía como Grecia, Irlanda y Portugal. Y no sólo ha apostado. Aznar ha hecho lo posible por propiciar el hundimiento sembrando dudas mundo adelante sobre la solvencia de su país. Pensar que la gente no ve esto que es de primero de patriotismo elemental es no tener ni idea de en dónde se vive. Además de apostar por lo peor, el PP no ha presentado propuesta alguna concreta de salida de la crisis, salvo ocasionales referencias al programa de... Cameron, en Gran Bretaña. En cambio, ha puesto cuantas dificultades ha podido a la aplicación de las medidas del gobierno y ha votado en contra de varias de ellas siendo así que tales medidas son las que él mismo propugna. Creer que esta inconsistencia tan clamorosa no es palpable revela una ignorancia supina. Y eso no es lo peor. Lo peor es que, gracias a las medidas del gobierno, España se ha salvado de una ruina segura. Gracias a unas medidas muy impopulares que le costaron el apoyo de su electorado (ahí nacen los famosos 14 puntos) que, sin embargo, ahora ve que las medidas, aun dolorosas, eran necesarias so pena de que suceda como en Portugal en donde la negativa de la derecha a aprobar las medidas del gobierno socialista obliga al país ahora a aguantar medidas peores. Es decir, a pesar del paro, el gobierno ha demostrado saber gobernar, tiene la situación bajo control y lo peor de la crisis se ha evitado. Creer que esto no iba a tener consecuencias electorales es ser bastante superficial.

El fin de ETA. En general, el comportamiento del PP en relación con la lucha antiterrorista es un cúmulo de disparates y errores. Cargar contra la policía, contra los jueces, contra el ministro del Interior en el momento en que hay una probabilidad bastante alta de que ETA, derrotada, deponga las armas no solamente es moralmente reprobable sino que carece de sentido. Insistir machaconamente como hace Mayor Oreja sin pruebas pero con mucha unción en que el Gobierno negocia con ETA, no hace más cierta la negociación ni la impediría en el harto improbable caso de que se produjera. Ser tan contundente cuando se es tan irrelevante resulta melodramático y algo cursi, lo que es Mayor Oreja: engolado y cursi. A la vista de todos está que ETA se encuentra en las últimas y que la izquierda abertzale acabará desvinculándose de la banda a satisfacción general. General no; es seguro que el PP se quedará fuera y, como suele, solo, quizá con la excepción de UPyD. Porque de lo que se trata es de impedir el fin de ETA bajo un gobierno socialista. Y esto es patente. Por si lo fuera poco, Cospedal anuncia que el PP romperá el pacto antiterrorista (ese que rompe cotidianamente convirtiendo la lucha antiterrorista en objeto de rivalidad política) si se permite que Bildu vaya a las elecciones siendo así que quien toma esta decisión son los jueces y no el gobierno que es con quien el PP tiene firmado el tal pacto. ¿Cómo creer que un comportamiento tan disparatado pueda tener el apoyo de los electores?

El caso Gürtel. La Gürtel no es corrupción sin más, un episodio aquí, otro allí, de más o menos importancia. La Gürtel es una trama organizada con presuntas conexiones institucionales y en el PP que ha funcionado durante años en medio de una verdadera ristra de delitos que va desde el blanqueo de capitales a la prevaricación, pasando por el cohecho o el tráfico de influencias. Desde que el caso estalló el PP no ha hecho otra cosa que hostigar al juez que lo destapó y a las fuerzas de seguridad y fiscales que lo investigan. Nada de dar explicaciones ni de asumir responsabilidades. A lo sumo media docena de dimisiones que, en algún caso, se han contrarrestado con nuevos destinos, como en el del exalcalde de Pozuelo. A ello se añade un intento desesperado de que no se hable del asunto y que la atención pública se concentre en otras hogueras que van encendiéndose a necesidad. Pero es imposible, la trama Gürtel está devorando el PP, siendo raro el día en que no se descubren nuevas trapacerías y mangoneos de sus dirigentes. Y aquí es donde se ventila esa asombrosa afirmación que se ha venido leyendo por todas partes en los medios de que al electorado (especialmente al conservador) no le influye negativamente la corrupción. Eso es tan absurdo como sostener que a la gente no le importa que la estafen o la defrauden. Carece de sentido. Es imposible, por muy de derechas que sean los electores. Dicen que, con todo, Camps conserva sus apoyos y que los aumentará en las próximas elecciones. Puede ser pero no lo creo.

dimecres, 13 d’abril del 2011

La dinamita y los locos.

Unos presuntos etarras tratan de abrirse camino en Francia a tiros. Ahora deben estar cantándolo todo porque poco después, a otros tales presuntos se les ha requisado un almacen de explosivos de magnitudes colosales. Con esos 850 kilos se podría volar, ¡qué se yo! ¿Cuelgamuros? ¿La plaza de toros de Las Ventas? No tengo ni idea pero supongo que mucho. ETA debe de estar en las últimas y estos quizá sean estertores de agonía. Aun así son muy peligrosos.

La situación tiene pinta de ser extrema. La izquierda abertzale va a acabar condenando a ETA si teme que ésta haga una barbaridad cuando menos se espere. Es verdad que está en alto el fuego. Pero todo el mundo sabe que ETA respeta tanto sus altos el fuego como al Rey Borbón al que ha querido asesinar. En estas condiciones no es de rechazar la idea de que quiera reventar la integración de la izquiera abertzale en las instituciones con algún atentado. Y eso ya dejaría sin margen de maniobra a la tal izquierda que tendría, por fin, que declararse contraria a la violencia etarra pasada, presenta y futura.

El fin de ETA quizá sea una de las más importantes noticias en España, si no la más importante, aplaudida por casi todos los españoles y la gran mayoría de los vascos. Y ese fin de ETA se producirá por la sola acción policial y judicial, sin negociación política alguna. Pero, mientras esto no suceda, ETA sigue siendo un peligro público y todo cuanto se haga por combatirlo será poco. En estas circunstancias resulta cosa de locos que la oposición obstaculice la labor del Gobierno de múltiples maneras que evidencian una ruptura de hecho del pacto antiterrorista, justo lo que más puede beneficiar al terrorismo. Esas manifestaciones acusando a grito pelado al Gobierno de hacer lo contrario de lo que está haciendo (esto es, combatir a ETA) valen tanto como la mala fe de mantener imputados a policías de la lucha antiterrorista con triquiñuelas de rábula. Con todo, eso es sólo una parte del cerco de la derecha al Gobierno. Por ejemplo, Mayor Oreja lleva años deslegitimando la acción de las autoridades con una afirmación en cuyo apoyo jamás ha presentado una prueba: que el Gobierno está negociando con ETA. Por cierto que lo más divertido de este infundio es el bovino aplomo con que Mayor lo repite una y otra vez, casi siempre con las mismas palabras. Una especie de jaculatoria cuyo contacto con la realidad es imaginario. Porque si el resultado por ahora de la negociación es el decomiso de casi una tonelada de explosivo y la detención de cuatro presuntos asesinos es patente que lo más caritativo que puede decirse de Mayor Oreja es que no sabe lo que dice.

La imagen de unos fanáticos, unos locos, manejando casi una tonelada de explosivo mete miedo. Pero también lo mete la de otros locos no menos fanáticos que el sábado pasado pedían que se encarcelara al ministro del Interior que ha puesto a ETA contra las cuerdas y al que sus otros enemigos, los de la izquierda transformadora llaman RuGALcaba. Hay mucha dinamita y mucho loco suelto.

(La primera imagen está en el dominio público, la otra es una foto de europeanpeoplesparty, bajo licencia de Creative Commons).




diumenge, 10 d’abril del 2011

Para variar: contra el Gobierno.

Estas broncas manifas de la derecha contra el gobierno de Zapatero y contra el mismo Zapatero forman parte periódica del guión de actividades del PP y sus circos mediáticos y sociales. Sabedor de que todo en nuestro mundo es espectáculo, el PP los monta valiéndose de los más diversos motivos (hoy las víctimas, mañana la familia, pasado el honor de los Prizzi o de España, tanto da) para calentar el ambiente, salir en los medios, muchos de ellos suyos, y animar a su tropa insultando al Gobierno. Si de aquí al verano no hay otra por el mismo motivo o una en contra del aborto, que suele tener idéntica finalidad, el vacío se compensará con esa jornada internacional de la juventud, magna jamboree que tiene preparada la escuadra eclesiástica de los conservadores. Con ella piensa Rouco, hombre más del PP que de la Iglesia, recibir a SS el Papa de Roma, quien raro será si no viene mascullando algo en contra del Gobierno y la ola de materialismo, sensualismo, relativismo y ateísmo que invade la sociedad española, antaño tan hija de Cristo.

De lo que menos se habla -y berrea- en las manifestaciones por las víctimas del terrorismo es de las víctimas. En la de ayer, apenas unos gritos en contra de ETA y en cambio un vocinglerío en contra del Gobierno, de Zapatero -cuya dimisión se pidió en todos los tonos de la España nacional- y de Rubalcaba a quien se quiere ver en comisaría detenido por traidor.

En ese clima el señor González Pons, devoto asistente al tumulto sabatino, junto a los dirigentes del PP, dice que echa de menos la presencia de Zapatero, Rubalcaba y Chacón al lado de las víctimas. En verdad que este hombre es un caso clínico, una tan insólita mezcla de cinismo y estupidez no es frecuente entre los políticos de la derecha española; ni siquiera de la valenciana. Tan ausente estaba Zapatero como Rajoy o Aznar, quien no suele perder una ocasión de soltar algún desprecio, alguna maldad, pero sólo echa de menos a Zapatero cuando debía hacerlo con Rajoy que es con quien más trata. Pero, sobre todo, ¿realmente cree que Zapatero debe ir a una manifa convocada contra él, a que lo insulten y, seguramente, intenten agredirle como hicieron con Bono hace unos años y siendo éste ministro? Es imposible que tanta majadería sea inocente. Tiene su punto de provocación.

La derecha se apodera de las víctimas que, en el fondo, no le importan nada si no puede instrumentalizarlas (como se ve en el caso de las que representa Pilar Manjón), igual que se apodera de la bandera española, de la actual y de la de Franco -que es la más suya- pues las dos estaban ayer presentes. Se apodera de todo lo que pueda venirle bien a su fin que es conseguir que el Gobierno se vaya para auparse a su vez. Lástima que haya de haber unas elecciones por medio y a ellas vaya a llegar la derecha en una situación muy distinta a la de ahora, embriagada como está de victoria. Por eso altera lo que puede la vida cotidiana, instrumentaliza a los muertos, a los vivos, a los por nacer, organiza alborotos callejeros y trata de dar la impresión de inestabilidad, debilidad gubernamental, incluso a costa de los intereses de España. Cree justificar su desesperado intento de adelantar las elecciones siendo así que su único fin es impedir que se produzca el fin definitivo de ETA y el comienzo de la recuperación de la crisis económica bajo mandato socialista.

El PP es un partido muy patriótico.

dilluns, 28 de març del 2011

ETA y Libia.

La incapacidad de cierta izquierda (esa que se considera verdadera o transformadora sin que en treinta años haya conseguido transformar algo relevante como no sea su nombre) para calibrar objetivamente el resultado de sus propuestas solo es comparable a su afición a culpar a los demás de sus propios fracasos. En el asunto impropiamente llamado de la cuestión vasca dicha izquierda se ha opuesto a todo: a la Ley de Partidos Políticos, a las sucesivas ilegalizaciones de las sucesivas siglas de la izquierda abertzale, a las instrucciones del juez Garzón, a la última ilegalización de Sortu, a la exclusiva lucha policial y judicial contra ETA..., a todo. El mismo Palinuro lo ha hecho en alguna ocasión. Y siempre con dos argumentos: a) las medidas a las que se opone son contrarias al Estado de derecho y la democracia en España y b) sólo contribuirán a prolongar la violencia, el terrorismo, el sufrimiento.

El balance, sin embargo es al revés: a) el Estado de derecho y la democracia en España no están especialmente mal o, cuando menos, no peor que si las tales medidas no se hubieran tomado; y b) jamás hemos visto tan cercano el fin de ETA. ¿Servirá esto de algo? Probablemente no porque el discurso político es voluntarista y está vacunado contra el virus de la realidad.

Ahora, con el nuevo comunicado de ETA sobre la verificación internacional del alto el fuego, volverán a alzarse voces pidiendo que se haga caso a la banda, atacando la intransigencia de las autoridades españolas y llamando "fascistas" (o poco menos) a los sociatas españoles. Pero ¿cuál es la lectura de los últimos hechos? SORTU está ilegalizado y ETA, en lugar de romper la tregua unilateral y cometer algún atentado, emite otro comunicado. Sin embargo, las cosas no están mejor que hace veinte años: Euskal Herria sigue tan sometida a los Estados español y francés como antes; Navarra, por su cuenta; la autonomía de Euskadi cabe en un estatuto; la izquierda abertzale sigue fuera de las instituciones; ella misma, ETA, no levanta cabeza; y la Comunidad Autónoma Vasca está gobernada por una coalición de hecho de los dos partidos españolistas. Hace veinte años esto hubiera sido un rosario de bombas; ahora es un rosario de comunicados a cada cual más ovejuno, con un sonido que recuerda el adagio final de la Sinfonía del adiós de Haydn. ETA se deshace y al final sólo van a quedar el que da las órdenes y el concertino.

Cuando vea que no hay comisión ni verificación internacional, ETA tendrá que soltar otro comunicado más aporético aun: uno a medio camino entre la situación del momento y la que es inevitable, esto es, la entrega de las armas. A este deseable resultado la izquierda no habrá contribuido gran cosa, por no decir nada.

Pues no importa, está dispuesta a repetir el patinazo con la guerra de Libia. El domingo desempolvó los viejos carteles del ¡No a la guerra!, se echó bravamente a la calle... y se quedó sola. Es posible que esta guerra de Libia no despierte entusiasmos, no es frecuente que las guerras lo hagan. Pero no suscita oposición. La gente tiene más sentido común y flexibilidad que la izquierda. ¿No a la guerra? Bueno, depende, hay que pararse a pensar un poco y no tomarse el enunciado como un dogma. Porque hay guerras y guerras y no todas son iguales.

Una guerra por mandato de la ONU para librar a un pueblo de la vesania de un tirano dispuesto a masacrarlo no es lo mismo que otra a espaldas de la ONU y de pillaje para apropiarse los recursos de otro país. Eso es tan obvio que hasta la izquierda lo entiende, aunque no le guste reconocerlo. Ella cree tener una crítica, una objeción más poderosa: ese tirano demente era nuestro amigo y fiel aliado hasta ayer. ¿Con qué legitimidad moral le hacemos ahora la guerra? Obviamente, con toda. Tardía pero toda. De momento, aprovechemos la ocasión para derrocar al tirano y ver si se consigue que los libios se organicen autónomamente. Luego ya llegará el momento de señalar con el dedo a quienes se daban el pico con Gadafi.

Pues no señor: es ¡No a la guerra! sin más. Con esa absurda contundencia con que en cierta ocasión escuché a un izquierdista clamando que él, en las guerras, estaba siempre del lado del perdedor. Lo cual lo ponía del lado de los nazis en la segunda guerra mundial, un sitio extraño para uno de izquierda.

Lo que sucede es que en buena medida ese tremolar del ¡No a la guerra! viene bien para alimentar el gusanillo del principio de la identidad propia: cargar contra el PSOE por traidor, neoliberal, belicista, imperialista. En estas cosas se nota quién es la verdadera izquierda; en estas y en que no la apoya prácticamente nadie, cuestión que en una democracia tiene su aquel.

(La segunda imagen es una foto de B. R. Q., bajo licencia de Creative Commons).

dijous, 24 de març del 2011

Sortu: más allá y más acá del derecho.

Tengo para mí que la decisión del Tribunal Supremo sobre Sortu es la más sabía que cabía tomar dadas las circunstancias. Tanto en el fondo como en la forma. La forma: esos tres votos discrepantes valen su peso en oro porque es la primera vez que se rompe la unanimidad de la sala. Mandan un mensaje de: no desistáis, afinad y acabaréis consiguiendo que esos tres votos convenzan a la mayoría. Confiad en el Estado de derecho.

Pero lo importante aquí es el fondo. El primer acierto fue remitir la cuestión a un órgano judicial y que todo el mundo aceptara la decisión de éste, empezando por Sortu, como así ha sido y como ya decía Jáuregui con su claridad habitual: que lo que diga el Supremo es lo que vale y a pesar de que el temperamental Eguiguren, confundiendo los tirios con los troyanos, culpara del "problema" (como si alguno hubiera) a la falta de valentía de Zapatero, sólo para desdecirse al cuarto de hora. El Supremo habla y todos a acatar. Civilizadamente. La izquierda abertzale muestra su descontento, cual estaba previsto, diciendo que la decisión es política.

Por supuesto. Todo en este proceso ha sido político desde el principio. Política ha sido la decisión de crear Sortu y política la de denegarle la inscripción. Ambas partes acudieron a las armas del derecho para defender sus opciones políticas. Pero esas armas eran inútiles. Sortu tenía que demostrar lo indemostrable, esto es, que el hecho de cumplir la letra de la ley garantizaba que cumpliría el espíritu. Un juicio de intenciones.

A su vez, el tribunal tenía que tomar una decisión sin una sola prueba material, empírica, tangible, en un sentido u otro. Sortu no tenía ni una a favor de su legalización más que su palabra; pero los contrarios tampoco tenían ninguna salvo la palabra de la policía, del fiscal y del abogado del Estado y algunas convicciones de sentido común que siempre son sospechosas. Por ejemplo, la idea de que quienes estuvieron alguna vez ligados a Batasuna están en cierto modo "contaminados" a lo mejor puede aplicarse a los propios jueces. ¿Ninguno de ellos ejerció la judicatura en tiempos de Franco? ¿O haber sido franquista no "contamina" pero haber sido de batasuna sí? Efectivamente, así es: un franquista puede ser juez, pero un ex-batasuno carece de crédito.

El Tribunal tuvo que tomar su decisión por un criterio subjetivo de qué fuera lo mejor. Y la pregunta inmediata es: lo mejor ¿para quién? ¿Para qué? La no menos inmediata respuesta será para España y para el fin del terrorismo o lo que sus señorías entiendan por ambas cosas. En lo de España no me entretendré porque no terminaríamos. Lo interesante es lo del "fin del terrorismo", que es objetivo que hoy, al parecer, comparten todos, incluidos los que han sido excluidos por simpatizar con los terroristas. Tiene gracia.

Con todo y a pesar de lo anterior, el Tribunal ha sido muy sabio. A falta de criterios jurídicos ha aplicado criterios políticos de los que ha habido muchos y muy contrastados. Lo primero que ha visto el Supremo es que habría mucha más unanimidad en los dos partidos nacionales con una decisión negativa que con una positiva porque hasta el presidente del Gobierno salió diciendo que mientras hubiera ETA lo de Sortu sería problemático. Creyendo decir algo valiente, el Lehendakari advirtió de que Sortu no es ETA. Toma, claro, saltó de inmediato el ministro de Justicia, Caamaño, si lo fuera estarían todos en la cárcel. A veces la justicia es divertida porque tiene algo de género chico.

Una mano decisiva ha echado el propio Sortu al formular su posición como una opción de juego: legalizar a Sortu acelerará el desistimiento de ETA, que es el argumento de fondo, político, de Iruin en su alegato. Pero poner las cosas en el frío terreno racional de la teoría de juegos es peligroso porque la otra parte puede encontrar más beneficiosa la propuesta contraria: el desistimiento de ETA aceleraría la legalización de Sortu. Y es la más beneficiosa porque la primera está dictada por la debilidad, la necesidad de sobrevivir. Endurecer las condiciones puede parecer despiadado pero es conveniente.

Por eso la decisión del Supremo es la más sabia. dentro de lo que cabe Ciertamente, política. Pero es que la política, como todo, se divide en buena y mala y ésta es buena. Una de las pruebas es que Sortu, en espera de tiempos mejores, según parece, ha puesto en marcha su plan B: candidatos blancos, o sea, reblancos porque candidato ya quiere decir blanco. Y luego están los que dicen que queda el Constitucional pero eso no cambiará nada ya que el Constitucional no es un tribunal de casación y Sortu ha agotado ya la vía judicial.

Con Sortu no legal, a ETA no le queda más remedio que desistir si quiere que la izquierda abertzale independentista tenga representación en las instituciones. Es preciso que muera lo viejo para que nazca lo nuevo. Tampoco es tan difícil de entender. Es ley de vida.

(La imagen es una foto de josu, bajo licencia de Creative Commons).

divendres, 11 de març del 2011

Esto se ha acabado.

Las últimas detenciones de presuntos etarras en el País Vasco y en Francia prueban que la banda está en sus horas más bajas. Sin atentados hace mucho tiempo, en mitad de un alto el fuego unilateral que solo revela debilidad, prácticamente privada de su apoyo social, no tiene otro futuro a corto y medio plazo que entregar las armas y disolverse. Por primera vez, entiendo, la izquierda abertzale más identificada con el viejo proyecto terrorista, condena no ya los hechos violentos sino su propósito. Es un paso muy importante para que esta corriente recupere algo del crédito perdido por su silencio en una ocasión anterior y en un momento muy delicado para ella en que el Tribunal Supremo decide si darle viabilidad o no.

Esa condena tiene un valor simbólico grande. ETA queda privada de cobertura política e ideológica, ha sido expulsada del imaginario independentista liberador. De ahora en adelante tendrá que legitimar su acción por sus propios medios retóricos, que no son espectaculares. Aplíquense a esta situación los términos que se quiera: al perro flaco todo se le vuelven pulgas y hasta sus beneficiarios de antaño lo abandonan hogaño; o bien la izquierda abertzale también ha claudicado, aceptando los "marcos" discursivos del nacionalismo español.

En cualquiera de los dos casos lo mejor que puede hacer ETA es entregar las armas y disolverse porque, como le han dicho tantas veces antes los mismos nacionalistas, está de más y no sirve para nada.

(La imagen es una foto de Midir, vía Creative Commons).

dijous, 3 de març del 2011

Qué es la violencia y cómo se la condena.

Siempre que ETA y su entorno dan que hablar el discurso de la izquierda abertzale viene a ser opuesto al del resto de las fuerzas políticas en España. Con motivo de la detención en enero de diez miembros de Egin y Askatasuna, igual que con la de los cuatro presuntos etarras en Bilbao, al parecer con las manos en la masa de doscientos kilos de explosivos, la izquierda abertzale critica que el Gobierno no esté a la altura de las circunstancias y no ceje en su actividad represiva, desperdiciando la ocasión del alto el fuego de ETA. Es verdad que ETA está en alto el fuego porque, si no, ya habría hecho un estropicio con tal cantidad de explosivo almacenada en una ciudad tan densamente habitada como Bilbao.

Pero del lado del Gobierno, y de todos los que leen los periódicos, se dice que el alto el fuego de ETA es unilateral, que el ministerio del Interior no está en alto el fuego y que lo que los terroristas tienen que hacer es deponer las armas y entregarse. Entre tanto, la policía sigue cumpliendo su misión de perseguir el crimen y prevenirlo siempre que sea posible. Porque así como el deseable fin de la violencia en el País Vasco no acarreará contraprestación política alguna, las treguas mucho menos.

Es de esperar que Mayor Oreja no aproveche el momento para decir que estas detenciones son detenciones trampa, cortinas de humo para ocultar las negociaciones de este pérfido gobierno con ETA. Es de esperar, pero quizá sea demasiado esperar. Dadas las circunstancias y las gentes que las viven todo lo que, por desgracia, acabará produciéndose quizá no sea más que un incómodo silencio en donde debería haber un cerrado aplauso a la tarea que llevan a cabo las fuerzas de seguridad.

Las detenciones se cruzan con el procedimiento abierto para ver si se permite o no que Sortu sea legalizado como partido. Y no ayudan a la legalización, es evidente. Ni tienen por qué. Sortu ha perdido una ocasión única de dar peso a su solicitud condenando la tenencia de explosivos. Pero los abertzales contestan que: a) ya dijeron que condenaban sin ambages la violencia de ETA; b) de hecho, aquí, no se ha producido violencia.

Está claro que el problema reside en qué se entienda por violencia. En principio es sencillo: violencia es toda fuerza hecha sobre terceros en contra de su voluntad. La violencia puede vivirse consciente o inconscientemente. Si me disparan de frente, es violencia y si por la espalda, también es violencia. La violencia pueder ser en acto o en potencia, como distinguían los escolásticos. La explosión de doscientos kilos de explosivos de golpe o en porciones es violencia como también lo es la tenencia de esos doscientos kilos siempre que exista una probabilidad superior a cero de que vayan a emplearse. Y existe. Y es bastante alta.

Hay un acuerdo generalizado en que, excepción hecha de la legítima defensa, toda violencia es condenable. La violencia de los aparatos del Estado se entiende siempre en legítima defensa de la colectividad. La condena, a su vez, puede ser de carácter abstracto o dirigirse a un caso concreto. Pero la una llama a la otra. La condena de la violencia en abstracto, como una lacra de la condición humana desde el principio de los tiempos, tiene su complemento en la condena de esta violencia concreta, aquí y ahora, la de los doscientos kilos de explosivos. Lo universal comprende lo particular, argumenta la izquierda abertzale. Cierto. Y lo particular comprende igualmente lo universal. Condenar el universal sin condenar su manifestación concreta equivale a no condenar.

Ignoro en qué medida basará el Tribunal Supremo su decisión en estas cuestiones de la condena de la violencia pero, en la medida en que lo haga, Sortu no está actuando de forma que favorezca su petición de legalización. Ellos sabrán lo que hacen pero no es lógico poner en peligro el logro del objetivo en el último tramo por una cuestión de empecinamiento. Lo que el Supremo tiene que decidir es si y en qué medida la continuidad de las personas entre Batasuna y Sortu revela continuidad de los propósitos y tal parece que la haya desde el momento en que quienes callaban antaño frente a la violencia y, por lo tanto, otorgaban, siguen haciéndolo hoy.

(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 28 de febrer del 2011

Yoyes y Txelis, laberintos de la locura.

El que ordenó el asesinato de Yoyes, José Luis Álvarez de Santacristina, quiere ahora pedir perdón a la familia. Es un gesto que indica arrepentimiento. Pero Santacristina lleva muchos años arrepentido, ya no es de ETA y predica el abandono de las armas. ¿Qué añade el pedir perdón? ¿Qué significa perdonar? Al parecer no sentir animadversión hacia el causante del daño, el perdonado. Eso es harto difícil. El directamente agraviado no puede; los familiares y amigos probablemente no quieran. Sólo puede perdonar Dios, que no existe.

Tampoco está claro que el perdón sirva de algo al culpable. Quizá lo ayude a recuperar cierta paz interior, pero será por poco tiempo ya que seguirá presente el dolor por haber causado un daño irreparable. Así que perdonar es como verter una botella de aceite en la mar embravecida.

Cierto, es un gesto y tiene su valor simbólico que es por donde interesa analizarlo. Santacristina pide perdón en realidad para su alter ego, para Txelis, para otro que ya no es él porque ha cambiado, como cambiamos todos los seres humanos. Como cambió González Catarain. Sólo que a ella la mataron por cambiar. Y el que la mató ha cambiado tanto que ahora pide perdón por el crimen. Crimen ritual, crimen de secta. Yoyes no fue la primera asesinada por traidora; antes lo había sido Miguel Solaun por idéntico motivo. Traición. Es lo que el Estado al que ETA combate a su vez llama "alta traición". Porque ETA quiere ser un Estado en la sombra. Por eso hace justicia a su modo.

Aquí lo que puede verse es el terrorífico poder de las ideologías al que muchos se entregan como quien se entrega al diablo. Ideologías, esto es, discursos que formulan juicios genéricos en virtud de abstracciones como la nación, la raza, la clase, el credo pero que tienen un enorme impacto sobre la vida de las gentes concretas, generalmente destructivo. Y son ideologías porque justifican ese impacto en función de elevados valores. En nombre de una quimera llamada Patria Kubati descerrajó tres tiros a Yoyes en presencia de su hija de tres años. Un tiro por año.

Ese momento físico, irrepetible, del asesinato lo ha convertido en materia de creación artística. Hay una película de Yoyes y ella misma es un icono de una cultura de resistencia que se manifiesta poco. Pero lo más claro del episodio del asesinato y la petición de perdón veinticinco años después es que las ideologías son estados de enajenación mental, los discursos de la locura. La nación, la raza, la clase, la religión... ideas asesinas. ¿Cómo se puede matar a otra persona aduciendo que se ha traicionado a sí misma y al pueblo vasco? Lo del pueblo vasco tiene un pasar, lo de la traición "a sí misma" indica un grado profundo de demencia.

(La imagen es una foto de elmejorcinedelcable.blogspot.com, bajo licencia de Creative Commons).

dissabte, 19 de febrer del 2011

Sortu: si todos dijeran la verdad.

Este asunto de Sortu tiene, entre otras, la virtud de pasar por el tamiz de la sinceridad las declaraciones de los agentes políticos que tratan de gestionarlo, impedirlo, utilizarlo, según cuáles sean sus fines. Ello permite contrastar lo que dicen con lo que piensan y obtener así dos cuadros completamente distintos de lo que está pasando, si es que está pasando algo y si, caso de pasar, es distinto de lo que ya ha pasado otras veces, muchas otras veces.

Así, el PP dice que Batasuna-ETA-Sortu o sea, ETA, para qué andarnos con remilgos, no debe entrar en las instituciones. Pero piensa que no debe entrar en las instituciones –lo que podría llevar al fin definitivo de ETA- con un gobierno socialista que se lo apuntaría como baza.

El Gobierno manda la solicitud de inscripción de Sortu en el registro al Tribunal Supremo e induce a la fiscalía a que pida la ilegalización (o se lo sugiere o recomienda o insinúa) y remite asimismo unos informes muy negativos de la policía y la Guardia Civil, para que sean los tribunales los que tomen la decisión. Pero piensa que, llegados aquí, cabe ser flexibles a base de poner precio político a la inscripción, forzando la disolución de ETA, vieja esperanza con la que comenzó su mandato. Pues no hay presidente del Gobierno español que no dé prioridad al fin de ETA, igual que los ministros de Exteriores de Franco tenian como misión recuperar el Peñón.

Mayor Oreja dice a quien quiera oírlo, que ya quedan pocos, que el Gobierno está negociando con ETA. Pero piensa que ojalá estuviera haciéndolo y que, si no lo hace, quizá quepa empujarlo a hacerlo.

El PNV afirma que Sortu o como se llame la izquierda abertzale debe estar en las próximas elecciones. Pero piensa que ojalá no esté. Al fin y al cabo se trata de votos y del control de la cámara vasca.

Sortu declara que rechaza la violencia para poder estar en las instituciones, que es lo que quiere decir cuando habla de “vías exclusivamente políticas”. Pero piensa que hay que estar en las instituciones para así rechazar la violencia. Pues de algo se ha de vivir.

ETA dice que mantiene el alto el fuego unilateral para dar una oportunidad a la vía política pero piensa que la vía política es un callejón sin salida pues implica la aceptación de partida del marco español de legitimidad que es justamente lo que se niega y espera que el Estado español rechace legalizar la izquierda patriótica, lo que le permitirá justificar su presencia in extremis.

Algunos argumentos sobre el asunto merecen atención. Se dice, por ejemplo, que las personas cambian, que quien ha delinquido una vez no tiene por qué hacerlo una segunda y que lo importante es la asociación que se alumbra que por primera vez rechaza explícitamente la violencia, incluida de modo expreso y "sin ambages" la de ETA. Es verdad. Pero no son las asociaciones las que delinquen sino los individuos y quien lo ha hecho una vez es más propenso a hacerlo otra que quien no lo ha hecho jamás por la misma razón por la que un esguince tiende a reproducirse allí donde se dio por primera vez.

O sea, los individuos sí importan. Y si Rufi Etxeberria presenta los estatutos de Sortu lo menos que puede decirse es que se trata de una decisión con escaso tacto diplomático. Al igual que la presencia de otros dirigentes que también han pasado por la prisión. Habrá quien vea en esto una actualización de la caída del caballo de Pablo de Tarso. Pero también habrá quien lo vea, quizá la mayoría, como un trágala: no nos queréis como Batasuna pero nos tendréis como Sortu. Y si hay que rechazar la violencia, se rechaza. Eso son palabras que se lleva el viento. Sobre todo el del Norte, la tramontana.

¿Cuál es el resultado de este sempiterno galimatías? Pues que todo seguirá como está; que, mientras no haya atentados, a nadie importa un comino lo que suceda en el País Vasco; que la izquierda abertzale seguirá fuera de las instituciones y los presos continuarán en las cárceles, salvo que los pistoleros de ETA comprendan (cosa difícil en sí misma) por fin que su tiempo pasó hace treinta años; que esta siniestra historia no ha servido para nada sino para producir sufrimiento estéril y para que cuatro ideólogos de taberna al norte del Ebro satisfagan sus desmesurados egos y cuatro descerebrados al sur sigan alimentando sus frustraciones y delirios .

dimarts, 8 de febrer del 2011

Batasuna, basta una.

Entre las peores experiencias de la humanidad se cuenta comprobar cómo, llegados los momentos finales de los conflictos más prolongados, enconados y crueles, se hace patente que no sirvieron para nada; que todo el sufrimiento y la muerte que ocasionaron se hubieran evitado si la obcecación y la soberbia hubieran dado paso a actitudes más dialogantes y civilizadas.

Reza lo anterior con la presentación pública de los estatutos del nuevo partido de la izquierda abertzale, Sortu, con el que aquella entierra el espíritu cómplice con el terrorismo de Batasuna y pasa por el aro de aceptar la legalidad democrática. Dicho aro se impuso a raíz de la Ley Orgánica de Partidos Políticos de 27 de junio de 2002. Casi diez años ha necesitado Batasuna para plegarse a lo inevitable. Y quizá no lo hubiera hecho de no haberse producido en 2009 la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que consideraba ajustada a derecho su ilegalización. Ese pronunciamiento plasmaba la derrota jurídica de sus pretensiones. La política se había producido mucho antes, cuando la existencia de partidos independentistas en otros lugares de España demostró que era posible defender todos los programas políticos de modo pacífico.

Pasar por el aro significa acatar y cumplir la Ley de Partidos Políticos y la jurisprudencia del Tribunal Supremo que la interpreta, como hacen estos estatutos; significa incorporar a su texto al pie de la letra el famoso artículo 9 de dicha ley, cosa que también hacen. Un criterio picajoso podría decir que el texto que se presenta al registro de partidos políticos no "condena" taxativamente la violencia de ETA. En efecto, los estatutos la "rechazan". Pero es que la Ley de Partidos, si no estoy equivocado, no habla de condenar y la jurisprudencia del Supremo considera sinónimos el rechazo y la condena. Lo importante es que se rechace específicamente a ETA, que se rompa con ella; y así se hace.

En principio las condiciones impuestas por legisladores y jueces se cumplen y debiera proceder la inscripción del nuevo partido. Es cierto que éste ha escogido la opción más débil de la alternativa que planteaba Rubalcaba con el último comunicado de ETA: o ETA desaparece o Batasuna condena la violencia etarra. Rechaza, más que condena, pero eso forma parte de la retórica al uso para consumo de fieles. Igual que oponerse a toda clase de violencia, acordarse de todas las víctimas de todas las violencias sufridas en el País Vasco, aceptar los principios de Mitchell o decir con desfachatez que ese pasar por el aro se hace dentro de la reflexión estratégica de la izquierda abertzale. Música celestial de tiempos pasados.

El Gobierno parece no fiarse y hace bien cuenta habida de la larga historia de chanchullos de unas gentes empeñadas en incumplir la ley que ampara las instituciones en las que pretenden estar presentes. Por tanto anuncia que remitirá el expediente del registro a la sala especial del Tribunal Supremo. Normalmente no es bueno endilgar a los jueces los conflictos políticos pero es que, en este caso, el conflicto político está ya resuelto y Sortu plantea la cuestión en un terreno puramente jurídico y judicial. Ahí debe tener la respuesta: que decidan los jueces.

Está claro que la izquierda abertzale ha hecho más que nunca por conseguir un pronunciamiento favorable pues le va en ella la supervivencia. Eso es bueno, pero no justificaría que se le diera ventaja alguna. La ley debe aplicarse y los jueces deben decidir sin favoritismos y sin inquinas.

Sin inquinas. La derecha está ya encrespada y en pie de guerra contra la posibilidad de ver a la izquierda abertzale en las instituciones y ya ha tronado el habitual cañón giratorio de González Pons sosteniendo que legalizar Batasuna sería como si los aliados pactaran con los nazis al entrar en Berlín, lo que demuestra en qué términos bélicos ve el asunto el PP. El ejemplo hubiera estado más propio si hablara de un pacto de Franco con los republicanos al entrar en Madrid fusilando a mansalva. Mismo espíritu, misma saña. Pero esa actitud no puede llevar a las fuerzas democráticas a estrechar el aro e imponer condiciones antes inexistentes a Sortu porque eso es contrario a derecho y, además, rompería la unidad de esas fuerzas democráticas.

La democracia es un régimen de respeto a la ley que no puede ser retroactiva, ni confusa, ni moldeable a capricho de intereses políticos. Por supuesto cabe la posibilidad de que la izquierda abertzale, como ha hecho otras veces, juegue sucio con las instituciones. Pero para eso ha arbitrado ya respuesta el Tribunal Supremo al especificar las causas de incompatibilidad sobrevenida de los cargos electos. Supongamos que hubiera un atentado de ETA dentro de unos meses, cosa improbable pero no imposible. Los diputados de Sortu tendrían que condenarlo/rechazarlo expresamente o perderían sus actas.

La cuestión política está clara; si también lo está la jurídica, a reserva de lo que dictaminen los jueces, el nuevo partido podrá registrarse y presentarse a las elecciones. Para entonces serán muy de oír las imprecaciones de la derecha contra el Gobierno; pero también puede ser el momento en que ETA, falta de espacio vital, decida disolverse y entregar las armas.

(La imagen es una foto de Diotime, que se encuentra en el dominio público, vía Wikimedia commons).

dimecres, 12 de gener del 2011

Miscelánea.

HAY COSAS QUE NO SE HACEN.

Ya, ya sé que es todo legal, que según los términos de la Ley de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno etc el hecho de que los dos expresidentes, González y Aznar, hayan aceptado recientemente sendos cargos de consejeros de esto o lo otro suculentamente remunerados (unos 120.000 euros anuales el primero y 200.000 el segundo que, además, los junta a otras bicocas no menos millonarias) en empresas transnacionales con las que ambos tuvieron que ver en sus épocas de mando es jurídicamente irreprochable pues ha pasado el plazo de carencia que establece la norma. Es legal, muy legal; pero no sé si es ético y, desde luego, no es nada estético sino todo lo contrario: está muy feo.

Cuando casi todo el mundo en España ve cómo descienden sus ya magros ingresos y muchos no sólo ven que descienden sino que se quedan sin ellos por estar en el paro; cuando a causa de la crisis hay un drama general en el país y particular en millones de hogares, estos dos exmandatarios multiplican por "n" sus rentas de una forma tan escandalosa como la de los grandes banqueros o quizá más. Parece como si, al igual que a estos, la crisis los beneficiara. Y no sólo lo hacen sino que tienen el rostro de ir por ahí predicando austeridad, ahorro, contención y sacrificios. Y eso los dos, al unísono, cantando la misma canción. Es decir predican lo contrario de lo que hacen.

Añádase que en los dos casos es defendible que las empresas que les ofrecen estos momios, en su día, resultaron beneficiadas por las decisiones de los Gobiernos que ambos presidían. En el caso de González Gas Natural, que ahora lo contrata, pudo absorber la empresa Enagas privatizada por su Gobierno por un precio muy inferior al que tenía en el mercado, haciendo un negocio redondo; mientras que en el de Aznar Endesa, que ahora lo ficha, empezó a privatizarse en tiempos de González pero la gran operación se produjo en los suyos siendo él quien nombró presidente al señor Pizarro, de tan pintoresca cuanto breve carrera política.

Además de esto ambas empresas son transnacionales cuyas prácticas en países del Tercer Mundo, en especial en América Latina no son precisamente ejemplares. Endesa en Chile y Unión Fenosa-Gas Natural en Guatemala y México, por no citar más que dos casos, están acusadas de actividades éticamente condenables, incluidas sospechas de asesinatos y violación de derechos humanos. Legal será muy legal, pero no es nada estético.

Fue José María Valverde, el gran catedrático de Estética de la Universidad de Barcelona, el que, cuando el fascismo despojó arbitrariamente de sus cátedras a Aranguren, Tierno Galván y García Calvo en 1965, tuvo el coraje cívico de dimitir de la suya con una frase que lo hizo célebre: Nulla estética sine ética. Y la inversa también es hoy cierta: Nulla ética sine estética.

Imagino que esta situación a la derecha le da igual porque está en su cultura política: uno va a la política para "forrarse", bien en el ejercicio del poder o con posterioridad a él, como sucede con Aznar que acabará siendo el expresidente de Gobierno más pluriempleado y rico del planeta. Supongo que los auditorios que sigan escuchando las agresivas admoniciones aznarinas y su petición de "reformas" (o sea de congelar y/o bajar los sueldos de los demás, eliminar sus derechos laborales, recortar o suprimir sus pensiones y desmantelar el Estado del bienestar que es "insostenible") no encontrarán nada incongruente en ello. Es lógico que quien pretende empobrecer a los otros, especialmente a los trabajadores, esté enriquecièndose vertiginosamente. Lógico y digno de imitación, cosa que sucede si no legalmente, como en este caso, ilegalmente como en el de la Gürtel. Va en la ideología neoliberal de "elimina regulaciones, privatiza, pilla el dinero y corre".

Pero en el caso de la izquierda el asunto tiene otro aspecto. No sé con qué cara va a decir ahora González a la gente que hay que hacer sacrificios. En la izquierda tendemos a ser románticos y a creer que eso de predicar una cosa y hacer otra es moralmente repugnante. En estos momentos especialmente difíciles para la gente, su ejemplo es demoledor. González es muy libre de seguir los pasos de Aznar y hacer lo que hace un mes aseguraba que no haría: enriquecerse; sobre todo porque 120.000 euros anuales son bastante más que treinta monedas o un plato de lentejas (al menos a mi me lo parecen) pero ¿de qué se extraña la gente si, al final, muchos votantes socialistas, engañados y desengañados al mismo tiempo, amargados, sacrificados, empobrecidos, burlados, se quedan en su casa y gana la derecha por goleada?


EL NO COMUNICADO DE ETA.

A quienes sosteníamos ayer que el comunicado de ETA no servía para nada y era el enésimo engañabobos nos cayó un buen chorreo por no ver que amanecía un nuevo día en España, en el mundo y más allá -como argumentaba uno de los barandas de Batasuna- y que se daba una ocasión histórica para resolver el "conflicto". Cinco horas después Batasuna en pleno estaba pidiendo a ETA otro comunicado. Viendo que se queda otra vez a la intemperie, esta organización hoy ilegal implora a la desesperada a ETA que dé un paso al frente. Puesto que ETA está al borde del abismo, hago mío el deseo de Batasuna.


LAMENTABLEMENTE COSPEDAL.

Sostiene la prensa que De Cospedal se "lió" cuando dijo que Lamentablemente, y digo lamentablemente, el próximo gobierno va a ser del PP. Pero no hay tal lío: si se da un Gobierno del PP lo más seguro es que De Cospedal, al formar parte de él, pase a ganar la mitad de lo que ahora se embolsa. ¿Cómo no va a parecerle lamentable?


(La imagen de Felipe González es una foto de www_ukberri_net; la de José María Aznar, de Pontificia Universidad Católica de Chile, ambas bajo licencia de Creative Commons).

dimarts, 11 de gener del 2011

Un comunicado inútil.

Habitualmente los comunicados de ETA eran unos textos farragosos, llenos de doctrina antediluviana y memeces fantasiosas para consumo de sus incondicionales que nunca se caracterizaron por su capacidad crítica. Pero cuando menos tenían ilación. Eran aburridos, pretenciosos y delirantes, pero guardaban cierta conexión de sentido. El de ayer, no. Es breve, sí, (primera muestra de que algo no va ya en esa gárrula banda), lo que es de agradecer, pero carece de sentido lo que prueba que, sometida a multitud de presiones, en especial las muy timoratas de sus agentes civiles y queriendo contentar a todos, esto es a Batasuna, a los mediadores internacionales, a los presos y a sus propias bases, al final ha hecho una declaración que no sirve para nada.

El texto reparte órdenes e impone tareas a todo el mundo, dice cómo ha de ser el proceso en el País Vasco, qué deben hacer los Estados español y francés (y qué no hacer), qué objetivos han de cumplirse (territorialidad y autodeterminación, es decir, el cien por cien de su programa), quién debe hablar en el País Vasco y quién no y hasta cómo debe ser el futuro. Lo gracioso es que si antes ETA pretendía alcanzar esos fines a tiro limpio, ahora dice que quiere alcanzarlos sin pegarlos. ¿No entiende que, si con los tiros no consiguió nada, sin tiros será menos que nada lo que consiga?

Obviamente lo entiende, pero lanza la cosa por si cuela ya que si no pega tiros y asesina no es porque no quiera sino porque no puede, y por si el Estado democrático baja la guardia, sus alevines políticos pueden presentarse a las elecciones, obtienen alguna tajadilla de poder y las cosas vuelven a la normalidad. Por normalidad se entiende que los partidarios de asesinar a la gente indefensa y por la espalda digan que España no es una democracia y que, en cambio, la banda de asesinos sí lo es. Así dicho, esto puede parecer demencial pero es que en el entorno de la banda terrorista y la izquierda abertzale hay mucho demente. El párrafo nuclear de la declaración, que ayer comentaba Palinuro en una actualización del post, el que contiene esa trampa para hipopótamos es: ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional. Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la lucha armada. Ahí están todas las falacias de este comunicado que nadie con sentido común puede aceptar.

Dice ETA que acepta una "verificación internacional" del alto el fuego. Pero ¿para qué queremos eso? Para verificar un alto el fuego que consiste sólo en que las armas dejan de disparar basta con tener oídos y levantar acta de que no hay disparos. Pero los terroristas siguen con las armas y, obviamente, se reservan el derecho a volver a utilizarlas cuando lo estimen conveniente; es decir pretenden que la gente tome la amenaza de unos asesinos como el alborear de la paz.

Habla ETA de su "compromiso" con el "final de la confrontación armada", como si esta confontación fuera un terremoto, una inundación o alguna catástrofe natural y no el resultado de una decisión unilateral de ETA y a la que sólo ETA puede poner fin y si no lo hace es porque no quiere.

En resumen el comunicado de ayer no sirve para nada, como ya le ha dicho a la banda todo el mundo en el país, desde el gobierno a los independentistas catalanes, pasando por la oposición de derechas, la de izquierdas, las víctimas y hasta los nacionalistas vascos, los que no asesinan ni simpatizan con los asesinos. Sólo queda Batasuna, la voz de su amo que con su habitual clarividencia ha vuelto a caer en la trampa que le tiende su soberbia, simulando que ese jesuítico comunicado es un nuevo "marco histórico", nada menos y que abre no sé cuántas puertas cuando lo que está claro es que no abre ninguna ni siquiera la de las elecciones muncipales a Batasuna a la que, por lo demás, el comunicado desprecia ignorándola.

¿Cómo va a participar en las elecciones Batasuna si, con esta interpretación del comunicado que no comparte con nadie más en España demuestra que sigue hablando al dictado de los asesinos y tratando de engañar al resto del país?

Como le ha dicho ya todo el mundo a la banda y a sus admiradores, el único comunicado de ETA que será eficaz sera el que anuncie no su compromiso con el fin de la confrontación sino el fin de la confrontación armada que sólo depende de ella; no un "alto el fuego" blab, bla, bla sino la entrega de las armas definitiva e irrevocable.

Al paso que van las cosas, mañana este comunicado parecerá del tiempo de las guerras carlistas a cuyo mundo, en el fondo, pertenece.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 10 de gener del 2011

ETA al final de la escapada.

Quiere la rumorología que estemos esperando de un momento a otro un comunicado de ETA en el que diga que deja las armas para siempre, que lo hace de modo verificable y que no reclama contrapartidas políticas de ningún tipo. La cuestión es: ahora ¿qué?

Ahora, nada. El Estado de derecho ha vencido y comienza el proceso de normalización del País Vasco. Un proceso de duración indefinida; meses, años. No lo sabe nadie.

Ignoro si alguna vez hubo una posibilidad de un fin distinto y plantearlo ahora es ocioso; porque, si la hubo, los mismos etarras se encargaron de volarla con aquella bomba de la T4 en 2006. Con ella ETA cerró toda vía para un final pactado e inició una huida hacia delante, una escapada que ahora termina en lo que, al parecer, es inminente: el anuncio de su derrota.

La noticia, de producirse, es excelente para todo el mundo y habrá que celebrarlo. Se termina uno de los más graves problemas (si no el más grave) para la democracia española que ahora será plena en todo el Estado. Tarde o temprano acabará el estado de excepción material que vive el País Vasco. La izquierda abertzale volverá a las instituciones y todo juicio acerca de cómo se dibujará allí la política es ahora temerario. Y no sólo en el País Vasco. Se abre un periodo en que cabe esperar una revitalización de un espíritu similar al de Galeuzca, debidamente actualizado, supongo. Veo a los catalanistas animando a los galleguistas a pedir de consuno sendos conciertos. España sigue tan indefinida como siempre.

Hay dos invitados a esta fiesta de triunfo de la democracia que están en ella a regañadientes: la derecha del PP y cierta izquierda española radical que simpatiza con el independentismo vasco. La primera, cuya tendencia es interpretarlo todo en un cálculo de costes/beneficios electorales cree que es un fastidio que los etarras se entreguen a un gobierno socialista que, en su opinión (puesto que es lo que ella haría) capitalizará la entrega electoralmente. Por ello es probable que ponga todos los obstáculos que pueda a la normalización política vasca, por ejemplo, tratando de impedir que la izquierda abertzale participe en la vida democrática imponiendo condiciones imposibles o absurdas.

Los otros invitados a la fiesta, diversas izquierdas españolas (y supongo que vascas, pero no estoy seguro) ven el fin del terrorismo como una derrota: el fin de la violencia y de la lucha armada como vía revolucionaria. En realidad éstas ya fueron un disparate cuando prendieron en Europa en los años sesenta, con la radicalización política del continente y el prestigio de las luchas armadas del Tercer Mundo, tanto en forma movimientos de liberación nacional (estilo FLN argelino) como de procesos revolucionarios marxistas (estilo Tupamaros en el Uruguay), que inspiraron muchos intentos en Europa en aquellos años: ETA (en la senda de los Frentes de Liberación), la Fracción del Ejército Rojo en Alemania, o el Ejército Rojo Japonés. El disparate consistía en trasladar a sociedades industriales desarrolladas modelos de lucha armada del Tercer Mundo.

ETA es el último bastión de los años sesenta.


Espero que todo lo anterior no sea un mero wishful thinking. Que la situación se normalice y que pueda volver a hablarse de todo. Aunque, como está la la derecha furiosa, eso de hablar puede convertirse en ocupación de alto riesgo. Los que hablen mucho corren el peligro de que venga uno de esos "jovenes inestables", alimentado con un pienso compuesto de odio, agresividad, demagogia, xenofobia, clericalismo, autoritarismo y otros ismos también temibles y haga una barbaridad. No se olvide que la política es la continuación de la guerra por otros medios.


Actualización a las 15:00. ETA ha publicado el comunicado de que se habla aquí, pero vuelve a ser una declaración decepcionante por la insufiencia de las intenciones, lo alambicado y retorcido de las palabras y la indefinición del compromiso. De todo el comunicado el único párrafo interesante es éste: ETA ha decidido declarar un alto el fuego permanente y de carácter general, que puede ser verificado por la comunidad internacional. Este es el compromiso firme de ETA con un proceso de solución definitivo y con el final de la lucha armada. Como siempre, ambigüedad, zorrería y creencia en que los demás son tontos y no ven las trampas. Porque ¿qué quiere decir que un alto el fuego sea verificable? Estaría bueno. Para verificar un alto el fuego basta con tener oídos y no escuchar disparos. Para eso no hace falta la comunidad internacional. Puede haber alto el fuego y callar las armas, pero estas siguen empuñadas y apuntando. Lo que tiene que ser verificable es la entrega de las armas. Lo demás son monsergas jesuíticas muy propias de la banda. Sobre esto más mañana en Palinuro.



FUERA HUMOS Y FUERA RUIDOS

Esa ley contra el consumo de tabaco en público está muy bien. A ver si conseguimos acabar con esta hispánica costumbre de echar el humo al vecino en el café. Los fumadores tendrán que acostumbrarse a que, por encima de su placer, están los derechos de los demás a no respirar sus miasmas. Que fumen en donde les está permitido. Y que se den con un canto en los dientes que se les permite. Los fumadores de marihuana o hachís no tienen sitios. Y tan droga es uno como los otros.

Ahora hay que ir por la otra plaga de la convivencia nacional: el ruido. Palinuro está harto de sostener que la contaminación acústica es tan odiosa y delictiva como todas las demás, con el inconveniente añadido de que sus efectos perniciosos se padecen al instante, no sólo en el futuro: aquí y ahora, además del futuro. Los lectores pueden hacerse a la idea (si es que lo necesitan) de lo que es convivir con el ruido insoportable causado por gente sin escrúpulos visitando el vídeo del enlace, que se titula Cinco años de tortura.

(La primera imagen es una foto de Indymedia Barcelona en el dominio público. La es una foto de Rarebeasts, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 20 de desembre del 2010

Por quién doblan las campanas.

Los datos de la encuesta del Publiscopio de hoy pondrán a temblar al PSOE. El Gobierno seguramente mostrará mayor serenidad porque ya está hecho a recibir malas noticias, ataques, críticas y burlas. La derecha lo tiene sometido a un marcaje estrechísimo, obstaculizando todas sus decisiones. La derecha de esa derecha se ha arracimado a escuchar dos misas en el Valle de los Caídos para dejar claro cuál es el sentir de sus filas en la opción entre democracia y dictadura y a quién prefiere honrar, si a las víctimas del genocidio franquista o a los victimarios. Este enésimo enfrentamiento de los españoles ahora por el pasado tiene mucha miga cuando se relaciona con el empeño en defender la idea de la nación española. Pero no hace aquí al caso.

La oposición al Gobierno se ejerce tambien desde la izquierda; desde una izquierda social que abarca probablemente a muchos votantes socialistas. De ahí los datos de la encuesta. Hay mucha gente cabreada en la izquierda y cabreada en dos órdenes: en el de los derechos y libertades y en el de las políticas económicas y sociales. En el orden de derechos y libertades el Gobierno ha dado marcha atrás (ministerio de Igualdad, normalización de la Iglesia católica) o ha frenado (ley de libertad religiosa) los logros de que se enorgullecía en la primera legislatura.

La forma de actuar en la cuestión saharaui está haciéndolo muy antipático para una población mayoritariamente solidaria. Para colmo de males los cables de WikiLeaks lo dejan como un tiralevitas a los pies de los caballos en cuanto a congruencia ideológica y la dignidad soberana frente al Imperio. El Gobierno puede pretextar que no se trata de un abandono de políticas ni del ideario de izquierdas, sino de un mero repliegue táctico para no multiplicar los frentes sociales en momentos especialmente turbulentos en lo económico. Por eso la libertad religiosa ha pasado a "no ser urgente". Pero es un cálculo bastante torpe porque en la opinión de la izquierda estos aspectos ideológicos son tan importantes como los otros, el electorado se desmoviliza y los enemigos, en verdad, no se aplacan, como verá el Gobierno cuando vuelva Benedicto XVI el año que viene a predicar la cruzada antisatánica

En el orden de las políticas económicas la izquierda acusa al Gobierno lisa y llanamente de traicionar su programa electoral y pasarse a la derecha más neoliberal, aplicando su programa. Pues, ¿qué? pregunta indignada la izquierda, ¿no hay alternativas a las políticas económicas y sociales neoliberales? Por supuesto que las hay. Son evidentes: política fiscal redistributiva a fin de financiar las políticas sociales, creación de la banca pública e iniciativa keynesiana, al presumible coste de mayor deuda y mayor déficit.

La cuestión no es si hay o no políticas económicas alternativas a lo que podríamos llamar "consenso del euro" sino si son factibles. Cabe recordar que en parte fueron las que empezó a aplicar el Gobierno hasta que, presa del terror ante el ataque de los mercados, en mayo de este año dio un giro de 180º que es el que la izquierda cuestiona. Las medidas las conocemos todos. Son sin duda las que considera Tomás Gómez cuando dice que cualquier reforma ha de pensarse desde el prisma de la izquierda. Es muy posible pero ese prisma de la izquierda ¿puede utilizarse en el marco de la Unión Europea que, a su vez, tiene que actuar en el marco de la globalización? Da la impresión de que las políticas económicas de izquierda no serían aceptadas en la UE. Habrá quien diga que bueno, que es hora de recuperar soberanía saliéndonos de la UE. Pero no sé cuánta gente suscribiría este paso.

Suele oírse que al Gobierno lo que le falla de verdad es la comunicación y que no sabe explicarse. Así se alimenta la ilusión de que hay algo bueno pendiente de explicación cuando todo lo que hay que explicar es malo y eso ya lo hace persistentemente el Presidente que insiste en que toma las medidas que toma porque no hay otro remedio. Aquí hay poco que comunicar o vender. Esto es, sobre el presente y el pasado inmediato lo mejor que puede hacer el Gobierno es decir lo que está diciendo.

La esperanza la tienen los gobernantes en el futuro respecto al que todo cuanto se diga es a beneficio de inventario. Para no suscitar más escepticismo han debido de recibir orden del gabinete de comunicación de que no hagan profecías a corto plazo, fijando fechas para la recuperación . Porque han enmudecido todos. Ya no hay "brotes verdes" ni segundos o terceros trimestres de tal o tal año. Se abre una expectativa de un año más o menos (si no pasa algo muy gordo en las locales y autonómicas de marzo de 2011) en el cual son varios los elementos de los que cabe esperar una gran influencia en el ánimo de la opinión. El primero, por supuesto, será la evolución de la crisis. Si ésta comenzara a resolverse palpablemente con claros indicios de recuperación, el PSOE podría enfocar las elecciones como un voto de confianza al Gobierno para llevar a término la tarea comenzada.

El segundo elemento, imponderable por su naturaleza, será el proceso de la trama Gürtel cuya escenificación mediática erosionará la expectativas electorales del PP. Cunde la idea pesimista de que los votantes del PP son inmunes a la supuesta corrupción de su partido, lo cual es verdad hasta cierto punto. Los herederos espirituales de la derecha franquista, la que defendía un régimen ilegítimo, no van a hacer ascos a la idea de defender un partido bajo sospecha. Pero hay otra derecha no franquista que ejercerá su voto con menor sectarismo.

El tercero, el fin de ETA. La declaración de alto el fuego definitivo y verificable, el cese de hostilidades, la deposición de las armas, va ser un terremoto político. De las posiciones que adopte cada cual va a depender en buena medida el voto de mucha gente, probablemente de la mayoría que lo que quiere es que se acabe ETA y sin precio político.

Son muchos imponderables a algo más de un año. Las campanas tocan a difunto; pero el difunto puede estar muy vivo.

diumenge, 14 de novembre del 2010

Si ETA se acaba.

  • Los españoles nos llevaremos una alegría.
  • Las víctimas obtendrán reparación
  • La izquierda abertzale podrá regularizarse.
  • Se podrá hablar de la desmovilización de los "gudaris" y de los presos, dentro de la ley.
  • Se podrá ver la fuerza parlamentaria de cada opción política y actuar en consecuencia.
  • Es probable que el PSOE gane las elecciones gracias al fin del terrorismo.
  • De eso se encargará el PP al torpedear el proceso.
  • Es la fábula del escorpion.

(La imagen es una foto de www_ukberri_net, bajo licencia de Creative Commons).

dilluns, 25 d’octubre del 2010

Batasuna.

Ni la crisis económica, ni la desmembración de España, ni los amoríos con Chávez, ni la rendición de Ceuta y Melilla. Lo que de verdad ataca los nervios de la derecha española es la posibilidad del fin de ETA y todo lo que tan halagüeño acontecimiento lleva consigo. Libre y legal competición de todas las fuerzas políticas en el País Vasco en condiciones de igualdad.

Hasta ahora daba la impresión de que esa posibilidad fastidiaba por igual a la llamada izquierda abertzale, que se negaba a pedir a su belicosa hermana que depusiera las armas. El argumento era que la paz del Estado no era verdadera paz porque no todas las fuerzas políticas tenían las mismas posibilidades. Sin embargo era un argumento falso porque la existencia de opciones independentistas en Cataluña con responsabilidades de gobierno así lo probaba. Habiéndolo comprendido, parece, Batasuna pide a ETA que deponga las armas de modo definitivo, verificable, sin contrapartidas. Bien hecho. Muy bien hecho. Esa petición, además, más que una petición, es una orden porque Batasuna condiciona la presentación de candidaturas en las elecciones locales a la materialización del cese el fuego.

Me parece que es una prueba de creencia en la democracia y estoy seguro de que la democracia estará a la altura de las circunstancias. En la medida en que lo así expuesto se cumpla, Batasuna pasa a ser un partido legal que legítimamente pide la independencia del País Vasco frente a España a través del derecho de autodeterminación. De eso se hablará civilizadamente en su momento. En términos pacíficos se puede hablar de todo; a tiros, de nada.

Pero ahora lo que va a traer cola y cola de pavo real es la inquina del PP. El señor Mayor Oreja saldrá vestido de Juan Bautista a anunciar que ya lo había predicho él: he aquí la prueba definitiva de las sórdidas negociaciones del maquiavélico Rubalcaba con los terroristas. ¡Han negociado el fin de ETA! Ahora, váyase a saber qué nos espera. Los presos a la calle, incluso a la cola del INEM, sin respeto a las víctimas. A lo mejor hacen ertzainas a los gudaris y hasta proponen una reforma del Estatuto en la línea del Estado libre asociado del infausto Ibarretxe.

Todo eso son maledicencias que sólo tratan de ocultar que la derecha ve en la posibilidad del fin de ETA una ventaja electoral para el PSOE en 2012 siendo así que, según muchos críticos, lo único que le importa es llegar a La Moncloa como sea. Sí porque, y sé que me repito, la política es la continuación de la guerra por otros medios y en este caso con toda claridad puesto que se trata de poner fin a una "guerra" y encauzar el contencioso por la vía política. Lo curioso es que, en cambio, la derecha no reconozca este matiz al tratar de su adversario. No hay duda de que la derecha esgrimirá el argumento de que Zapatero es capaz de negociar con ETA (aquí se silencia que la "negociación" sea levantar acta del fin de la organización terrorista) con tal de mantenerse en el poder.

Si es la guerra, es la guerra e igual que unos quieren conseguir el poder como sea otros no quieren soltarlo bajo ningún concepto. Aun así tampoco es lo mismo porque, diga lo que diga la propaganda contraria, el Gobierno no ha negociado con ETA. Lo que haga a partir de ahora no será con ETA sino con sus ejecutores testamentarios. A eso ya no puede llamarse negociación o, en todo caso, sería una "negociación post mortem.

Y ya en clave más estrictamente política, sí parece que la posibilidad del fin de ETA ayudará considerablemente a una victoria electoral del PSOE. Sobre todo si éste hace lo que me parece de sentido común: renunciar al uso partidista del acontecimiento y atribuirlo a la acción abnegada de los cuerpos y fuerzas de seguridad españoles y franceses y a la tarea mancomunada de Gobierno y oposición en el Pacto antiterrorista y en el gobierno del País Vasco. El fin de ETA es un premio que nos merecemos todos los españoles, vascos incluidos

(La imagen es una foto de controvento ®, bajo licencia de Creative Commons