dimecres, 20 de desembre del 2017

Los cofres de Shakespeare

Se recordará cómo en El mercader de Venecia, Bassanio debe elegir entre tres cofres, uno de oro, otro de plata y otro de plomo, para ganar la mano de la bella Porcia. Aquí y ahora los electores indepes son todos Bassanios, obligados a elegir; Porcia, la República Catalana; el padre de Porcia, al que se le ocurre la pruebecita, vaya usted a saber quién. Probablemente a quién se le ocurriera que la lista de país era peor que tres listas, también de país; del mismo país.

La renuncia a la lista de país fue precipitada. Es comprensible por muchos factores, todos ellos explícitos en las correspondientes campañas electorales por separado. Pero queda por ver si la decisión ha sido mejor que la contraria y eso solo podrá hacerse después del evento. Entre tanto en el electorado hay algún desconcierto. 

¿Qué han dicho las tres opciones en la campaña? JxC ha apelado a la legitimidad institucional y adelantado la figura de Puigdemont con un toque de rassemblement gaullista. El sinónimo de JxC es la "lista del presidente". ERC ha hecho hincapié en la historia del partido, poniendo especialmente de relieve su carácter republicano y adelantando la figura de Junqueras con ecos de Mandela, aunque es de esperar, sin su larga condena. Los de la CUP, siempre un poco afuereños, se han limitado a decir que apoyarán el gobierno que implemente la República y, si no he entendido mal, votarán por el restablecimiento de Puigdemont como presidente legítimo.

Eso toca un punto delicado en esta confrontación. Tiene fuerza el argumento de Puigdemont de que no hacerle presidente de la Generalitat equivale a aceptar que Rajoy los destituye y, por lo tanto, los nombra. Y probablemente mucha gente votará con este ánimo, el respeto por la institución. Pero también es razonable la posición de que, estando proclamada la República, su primer gobierno salga de las elecciones. La cuestión aquí es que, una vez contabilizados los votos, habrá una decisión siempre en el mismo sentido de constitución de un gobierno republicano. ¿Por qué no un gobierno provisional, encargado de convocar elecciones constituyentes? Fórmulas concretas habrá muchas.

Obviamente, viéndonos obligados a optar, como el bueno de Bassanio, los votantes hemos (digo hemos por economía de lenguaje) de defender aquello en lo que creemos. Los republicanos de izquierda, una opción republicana de izquierda. Pero quienes no sean republicanos o de izquierda, también deben poder votar independencia, pues la independencia es de todos. Es más, no consigo imaginar una situación en que, al pedir el voto para sí mismo, algún partido independentista no lo pida para los otros también y mucho menos otra en que se aconsejara no votar o hacerlo por un unionista a los electores de otros partidos independentistas, 

Así que los Bassanios-electores podemos ir tranquilos a votar según nuestras convicciones o como nos plazca ya que, votemos lo que votemos, tenemos garantizada la mano de la hermosa Porcia, pues esta nos la dará la suma de los votantes de los tres cofres.