dissabte, 22 de febrer del 2014

Desarme simulado en diferido.

Las innovaciones cospedalianas sobre relaciones laborales se aplican también al campo de la política al más alto nivel que el Estado considera "política antiterrorista" y los terroristas, relaciones internacionales. Pero aun en ese orden excelso, de lo que trata siempre es de alguna marrullería. ETA ha escenificado en vídeo la entrega de un fusil, una pistola, dos revólveres y 16,5 kilos de explosivos. O sea el armamento de unas prácticas de seminario en algún zulo de entrenamiento. Una broma del estilo de un finiquito de Cospedal. Además ha sellado ante los mediadores internacionales un zulo, gesto cuyo valor solo será posible aquilatar cuando se sepa cuántos más están en funcionamiento.

Claro, nadie se lo ha tomado a bien. Solo los suyos del ámbito político, Bildu, advierten de que comienza el fin irreversible, pero es el gobierno con su intransigencia e inflexibilidad quien retrasa el proceso. Es una argumentación del viejo estilo, ya sin impacto. Los burgueses del PNV piden el desarme completo y tildan de "pequeño paso" el gesto. Los demás partidos exigen la disolución de la banda/organización y miembros del del gobierno hablan de "tomadura de pelo". El más estridente, como acostumbra a pesar de aspecto manso, el ministro del Interior, que rechaza la teatralización de la entrega, con ese tradicional desprecio de los cristianos viejos por el teatro.

Los mediadores internacionales parecen estar moscas, sospechando que puedan utilizarlos, y pretenden retirarse sin certificar más nada en tanto los gobiernos español y francés no se impliquen directamente. Igualmente les recomiendan que no detengan gente entre tanto, o sea, que hagan la vista gorda, lo cual es poco verosímil cuenta habida de que esos mismos gobiernos, sobre todo el español, justifican su política de negociación precisamente aplicando la ley a rajatabla.

Cierto, el desarme de ETA está siendo demasiado lento, lo cual no es muy inteligente. Su única razón para demorarlo y disolverse es mantener la amenaza de un retorno a la lucha armada. Después de dos años y medio sin atentados, ese amago carece de fuerza, es un cartucho sin pólvora. Además, los acontecimientos han demostrado sin lugar a dudas que la vía catalana, la independencia por medios políticos y pacíficos, es mucho más eficaz que los bombazos.

Quizá esta lentitud sea una táctica para dar peso a las declamaciones de Bildu culpabilizando al Estado y exigiéndole medidas favorables al proceso, como el acercamiento de presos y otras. Pero es una letanía vacua. Una vez iniciado el desarme, las reclamaciones ya no pueden respaldarse en la eventualidad de un retorno a la ilegalidad, sino en el funcionamiento de los mecanismos políticos representativos ordinarios.

Entonces, ¿por qué ese minimalismo cospedaliano, esa lentitud que únicamente fortalece a los sectores no interesados en la pacificación del País Vasco?

Solo caben conjeturas. La más obvia, la que habla de duros y blandos en la organización. Como cuando ETA se dividía en asambleas; unas enterraban el hacha de guerra y otras, no. Es normal. Pero después de más de dos años de inactividad (y gran actividad del frente independentista político que ha cosechado notables éxitos) hasta los más intransigentes deberían haber recapacitado. Aunque quizá eso sea pedir demasiado de unas gentes muy fanáticas y muy difíciles de reciclar en la vida civil. No debe de ser sencillo conseguir que quien ha vivido como un pistolero a gastos pagados acepte un puesto de conserje en una oficina.

O quizá se trate de una táctica de presión de ETA sobre el frente político. Ojo, que el comisario sigue activo y por eso aparecen los encapuchados, para desesperación del ministerio del Interior, en donde quisieran ficharlos. Aquí estamos para impedir que haya desviaciones de la hoja de ruta. Pero eso es absurdo porque redundaría en la deslegitimación de la opción política que, al aparecer como teledirigida, perdería apoyo en las elecciones, el único terreno en que pueden dirimirse las cuestiones civilmente.

Las dilaciones, los retrasos, la parafernalia internacional, con el vídeo para la BBC y los mediadores internacionales, solo revelan la desconfianza y el apego a un propósito de internacionalización del conflicto que ya ha fracasado. No le ha salido a Artur Mas, a pesar de que tiene más simpatías exteriores y mejor prensa, mucho menos le saldrá a los restos de una organización armada que lleva dos años y medio sin pegar un tiro y cuyos explosivos deben de estar ya pasados de fecha de caducidad.

Nota bene: no sé qué tal será Renzi en relación con Letta. Parece un hombre ágil y el otro un poco lento. Pero Renzi ha compuesto un gobierno paritario y ya solo por eso merece aplauso. Un aplauso crítico. ¿Por qué paritario? ¿Por qué andar calculando porcentajes para no incurrir en patriarcalismo? Porque nadie se ha atrevido aún a componer un gobierno con más mujeres que hombres. El día en que eso suceda y sea normal, podrá volver a haber gobiernos con más varones que mujeres y viceversa sin que nadie proteste. Pero parece que todavía queda algo.