divendres, 11 d’abril del 2008

La batalla de las ideas.

La batahola que hay en el PP es lo nunca visto. Al perro flaco todo se le vuelven pulgas. Pierdes unas elecciones y te encuentras con una crisis de liderazgo de la que no te saca ni Dale Carneggie. Desde Pekín, a donde el señor Ruiz Gallardón ha ido supongo que a aprender cómo se hace cuando te conceden unos juegos olímpicos, que no fue su caso, ha metido la cuchara en el guiso conservador diciendo que no quiere que la señora Aguirre sea presidenta del Gobierno de España.

Mil perdones, señora Presidenta, pero esto sí que es un órdago y no lo que hizo el otro día Vd. ante el exangüe señor Rajoy, que no le llegaba la camisa al cuerpo. Esto de sacar las pugnas, las rivalidades, los odios a la luz pública sí que es trasparencia y un adelanto respecto al tiempo anterior en que existían pero en sordina, disimuladamente. Así que, señora Presidenta, tendrá Vd. que dar una respuesta como merece al señor Ruiz Gallardón. Si no lo reta Vd. directamente en singular combate, deberá encontrar un caballero que pelee su causa, pero esta afrenta no puede Vd. dejarla pasar.

Bah, razona la señora Aguirre, son unos maletas que ya se han asustado y han corrido a refugiarse bajo las alas de la izquierda clueca. Por eso, no hay que dejar pasar una, hay que plantear la oposición en todo, con todo, para todo. Nada de aproximarse a la izquierda, sino destruirla, eliminarla como sea, que lo demás se dará de añadidura. Aquí lo que hay que hacer es plantear la batalla de las ideas para que quede claro que el liberalismo es moralmente superior a la izquierda.

La batalla de las ideas. Grandioso nombre muy al estilo de las series históricas de la BBC del tipo de The battle of Stalingrad o simplemente Stalingrad. Le gusta mucho a la cohorte mediática de la señora Aguirre: aquí tratamos de ideas, de principios, de valores. Somos los think-tankers de un próximo complejo de ideas que asombrará al mundo. Primero hay que dar la batalla de las ideas. Que se prepare la socialdemocracia que ella, la señora Aguirre, le va a demostrar cómo la pretensión de la izquierda de ser moralmente superior es falsa y la verdad es justamente lo contrario: el liberalismo es moralmente superior.

Es estúpido establecer diferencias morales entre ideologías políticas que comparten un mismo sistema de valores, como la socialdemocracia y el liberalismo... salvo que este liberalismo de que aquí se habla sea sencillamente falso. Efectivamente, no es liberalismo es hipernacionalismo que, como el liberalismo de Jörg Haider en Austria, se acerca al fascismo, de la mano de un populismo que se desgañita en los medios.

Si por "izquierda" se entiende la tendencia política supuestamente más a izquierda del PSOE es decir, lo que antaño se llamaba "comunistas", que sean estos quienes ventilen la cuestión sobre la superioridad moral si es que la proclaman. En la socialdemocracia se me hace difícil aceptar que alguien crea poseer una superioridad moral sobre algún otro como colectividad. Aquí se entiende que no hay más moral que la de las personas individuales; son las personas individuales quienes son objeto de juicios de valor y responsables de lo que hacen. Pues bien, no hay personas superiores o inferiores moralmente, todas son iguales. Después, cada cual es hijo de sus actos. O hija.

El razonamiento liberal para provocar la "batalla de las ideas" es una típica falacia racista. La superioridad moral es el principio mismo del que se parte, no el resultado final de los actos de cada cual en sus circunstancias concretas, es la connotación de una adscripción colectiva, la izquierda, los judíos, los partidarios del barça o los tullidos. La izquierda, los Untermenschen, carecen de ella. Esta reside en el liberalismo, en los Übermenschen y eso puede demostrarse no con la acción individual concreta sino mediante la batalla de las ideas

Sostener que superioridad o inferioridad moral entre ideologias que pertenecen a la misma tradición de valores de democracia, estado de derecho y valor de la persona humana es erróneo y en sí mismo inmoral. Inmoral como lo es la señora Aguirre cuando habla de superioridad moral.

(La imagen es un cartel de Julio Romero de Torres de 194, La mecha (en el que se ve a una mujer española a punto de encender la mecha de un cartucho de dinamita), pertenece a la colección de la Unión de Explosivos de Río Timto, lógicamente y se encuentra en Ciudad de la pintura).